La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Electrón libre

Unidos para la salud

La buena salud es un estado de bienestar físico y mental necesario para vivir una vida agradable, con sentido y productiva. La buena salud es una parte integral de las sociedades modernas, una pieza angular de las economías que funcionan bien y un principio fundamental que comparten las democracias de la Unión Europea. Lograr una buena salud para todos no es solo una reacción a no estar enfermos; es también promover de forma activa la salud, prevenir las enfermedades y ayudar a la gente a que tome decisiones saludables. Salud para todos es una responsabilidad compartida que requiere de la cooperación entre ciudades, regiones y países del mundo. Todas las regiones deben comprometerse a que se unan todos los agentes relacionados con la salud (responsables políticos, profesionales sanitarios, investigadores biomédicos, ciudadanos) para construir una verdadera alianza mediante la integración complementaria del esfuerzo de todas las partes.

En los últimos veinte años, la salud se ha convertido en un tema de interés global y se ha definido un consenso universal sobre el importante papel que juega la salud en el desarrollo económico y el papel esencial que tiene la investigación para obtener nuevos conocimientos que mejoren la salud. El consenso se fundamenta en dos principios. Primero, cada vez es más evidente que la salud no es solo resultado del crecimiento económico sino también uno de sus determinantes claves. Segundo, el conocimiento científico representa la fuerza conductora de los avances en salud. Si estamos de acuerdo en que la investigación es en sí misma un valor y una parte esencial de la cultura humana, la sociedad que no apueste por ella debe ser acusada de negligente e irresponsable por atentar contra el principio de lograr una buena salud para todos. Las recientes pandemias nos han recordado que éste es un principio solidario y universal. Es decir, debe entenderse que hablamos de investigar para mejorar la salud de todos los ciudadanos del mundo.

Los europeos vivimos hoy con mejor salud que nunca pero existen grandes diferencias entre los países miembros de la Unión Europea y entre regiones de un mismo país. El estado de salud de los ciudadanos europeos depende todavía de dónde viven, de lo que hacen, del salario que ganan, del grupo étnico al que pertenecen o de lo que invierte su región o país en investigación sanitaria. Existen gobiernos regionales o nacionales en Europa que siguen sin invertir suficiente en salud y en investigación sanitaria, incumpliendo las expectativas de sus ciudadanos, una situación contraria al Tratado de la Unión Europea. La Comisión Europea ha encendido el farol rojo a España por no hacer sus deberes y le ha dado un plazo de cinco años para corregirse o quedar definitivamente en el vagón de cola. En los últimos siete años, España no ha invertido lo pactado a nivel europeo en promover estilos saludables de vida, en la prevención de enfermedades y en investigación biomédica.

Cuando se normalizan los datos por estándares internacionales, las regiones españolas con mejor atención y mayores prestaciones socio-sanitarias son Cataluña, Madrid y Navarra, las mismas que están a la cabeza en inversión y producción científica sanitaria. Más de la mitad de las regiones españolas están por debajo de la media europea en indicadores de salud y en inversión científica sanitaria. Canarias y Extremadura son las regiones con peores indicadores de salud y prestación socio-sanitarias y las que están a la cola en inversión y producción científica. No es cuestión de aplicar estrategias mágicas. Lo que necesitamos es aplicar estrategias concretas (inventadas hace tiempo) y políticos decididos (de los que carecemos) para conseguir que desde todos los frentes estemos unidos para la salud. Hay que multiplicar la inversión en investigación biomédica para pasar de una sociedad preocupada por la enfermedad a una sociedad preocupada por la salud.

Si uno de los objetivos prioritarios de la Unión Europea es lograr una buena salud para todos, sus miembros tienen la obligación de promover y fomentar el progreso científico y tecnológico a gran escala invirtiendo en la creación de puestos de trabajo en el sector de las ciencias de la salud, no solo para cumplir con ese objetivo sino porque necesitamos mejorar nuestros recursos humanos. En los últimos cinco años, el número de especialistas e investigadores sanitarios en España con más de 50 años de edad aumentó en un 60%, cinco veces más de lo que aumentó el número de médicos e investigadores por debajo de esa edad. Es inconcebible que en nuestros hospitales no se estén formando médicos y otros especialistas sanitarios en investigación. Un programa electoral que no incluya entre sus prioridades la inversión en salud y en investigación sanitaria no es un programa para votar. Buen día y hasta luego.

Compartir el artículo

stats