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Opinión

Ancelotti, rehén de la BBC

Hace dos meses, Luis Enrique estaba emplazado. Ahora es Carlo Ancelotti quien tiene puesta la cabeza a precio. Contra Luis Enrique estuvieron sus decisiones, en ocasiones rocambolescas, respecto de la alineación del equipo. Tenía libertad para hacerlo. Ancelotti no tiene libertad absoluta para modificar el equipo y su sistema. Es rehén de la llamada BBC. Su sistema no puede variar porque es obligatorio alinear a Bale, Benzema y Cristiano. El respeto al orden establecido le crea problemas. Ya no le basta el paraguas de la conquista de la décima Copa de Europa. Está a la intemperie aunque él proclame que cuenta con el apoyo del presidente.

Ancelotti tiene ya el apoyo del público para cambiar el equipo. Es decir, para mandar a la suplencia a Bale. Los madridistas siguen silbando a Casillas, pero éste ante el Schalke salvó los muebles. Dos paradas en los últimos cinco minutos dieron el pase a cuartos de final. En noche aciaga para todo el equipo, incluido él mismo en los comienzos, se salvó con las dos intervenciones que habrían mandado al Madrid a la desesperación. Borró las dudas que creó en los dos primeros goles alemanes.

El público del Bernabéu tiene claro que no se puede seguir jugando con tres delanteros. Kroos, alemán con gran fortaleza, ha terminado por acusar la falta de relevos. Isco corre por dos y ello acaba notándose. Alguien fichó a Lucas Silva y aún no se sabe para qué. La reaparición de Modric ha sido la única buena noticia del Madrid desde que comenzó el año. Con él en el centro del campo hay mejor manejo del balón, pero tampoco basta. Será necesario recuperar a James y llegado ese caso, dado que seguirá siendo dogma de fe alinear a los tres delanteros, habrá que dejar en el banquillo a uno de los cuatro mejores. Si es Isco, el público no lo aguantará porque lo tiene en el podio.

El problema de esta temporada se llama Bale. Lleva nueve partidos que ni fu ni fa, y encima, deja al descubierto la zona por la que deambula. No ayuda el defensa de su equipo que suele tener que lidiar con un delantero contrario y el zaguero de la zona que corre sin que nadie le obstaculice. Así ocurrió contra el Schalke. El primer gol lo marcó el lateral Fuchs.

El Bernabéu le ha perdido la fe al galés. Costó casi cien millones de euros y ello obligara a meditar sobre el futuro. Ancelotti, difícilmente tendrá fuerza moral para dejarle en el banquillo. Contra el Schalke se le reprochó que contara con Arbeloa y Khedira. Ciertamente, sus relevos son casi inoportunos. Luis Enrique dio descansos y el equipo está con renovadas fuerzas. Ancelotti se la ha jugado con la obediencia debida y lo está pagando.

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