La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entre bastidores

Ganar con 264 imputados

264 imputados solo en el caso de los ERE, entre ellos siete exconsejeros y dos expresidentes. Con esa mochila, el PSOE de Susana Díaz ha conservado el número de escaños y ha cedido menos del 8% de los votos obtenidos hace tres años. En cambio el PP, que tiene sus grandes casos de corrupción en otros lugares, se ha hundido. Curiosa paradoja. Lo más antiguo del sistema político andaluz, que está ahí desde 1978, es la identidad socialista del presidente de la Junta, y esa antigüedad es lo que resiste casi incólume al anunciado ataque de lo nuevo. Lo nuevo, Podemos y Ciudadanos, se ceba en el PP, que manda lejos, en Madrid. O que manda cerca, en Madrid. En Madrid se decide la política económica que crea paro y desigualdad y en la sede del gobierno regional se gestionan curas paliativas. Cada vez que alguien recuerda las cifras de paro de Andalucía, millones de andaluces se acuerdan de quien manda en el ministerio de Economía. 264 imputados y el partido vuelve a ganar. Se sabe que la inflación hunde el valor de la moneda. Una inflación del número de imputados provoca que la imputación pierda valor. Ya no es signo distintivo. No puede ser tan malo si hay tantos. Por esta extraña vía la juez Mercedes Alaya puede haber auxiliado al PSOE, vaya paradoja. Por otra parte, ¿de qué estamos hablando? De un sumario que pone en cuestión un sistema para dar ayudas a empresas en dificultades utilizando vías opacas que facilitan el cobro de comisiones y percepciones indebidas. Curas paliativas contra los daños de la crisis, que es culpa del gobierno de Madrid y del empecinamiento de la Merkel. Si Andalucía fuera rígidamente calvinista rechazaría las triquiñuelas que se apartan del rigor normativo y administrativo, por no hablar de la picaresca. Pero ni Andalucía ni España son calvinistas, lo que tiene su parte buena y su parte mala. La parte mala es que la cultura del chanchullito es una mala base para construir una economía competitiva. La parte buena es que así se va tirando con cifras de paro escalofriantes. ¿La ola de lo nuevo, el funeral de lo viejo, la crisis del régimen de 1978? Serenemos los ánimos, por favor. Podemos y Ciudadanos han sumado un 24% de los votos emitidos. Menos que el PP, y menos aún que el PSOE. Contando solo los partidos parlamentarios, los nuevos consiguen un voto por cada tres de los viejos. Cierto, son debutantes. Cierto, esta es su segunda plaza, y la primera importante (la otra fueron las europeas, una tienta), pero la ola necesita bastante más energía para tumbar las grandes estructuras. Luego hay otra suma posible. Situando Podemos a la izquierda y Ciudadanos a la derecha (aunque protesten), salen un 57% para las izquierdas y un 36% para las derechas. En Andalucía gobierna la izquierda, en España la derecha, y los andaluces, que están igual de irritados que el resto de españoles, no castigan al gobierno andaluz sino al español. Es lo que tiene pasear tanto a Rajoy durante la campaña: da ideas a los que quieren votar en contra de algo.

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