Amigo Lucas, recuerdo que este título con puntos suspensivos te lo envié hace mucho tiempo y al verlo hoy de nuevo me ha llevado a soñar muchas cosas... diciendo: Si yo fuera político, si yo fuera obispo, si yo fuera padre de familia... Como se acerca el 15 de agosto, en el que haré 50 años de cura, te digo que ya empiezo a sentir como un algo especial en mi cuerpo. Sí, sólo sé que por hoy soy sólo un sacerdote que ama a la Iglesia con sus luces y sombras y que sigo soñando con verla un día de forma distinta y con muchos cambios... Sí, sabes que hoy por hoy sólo soy un capellán de hospital al servicio de enfermos que son para mí los que mejor teología me enseñan en la vida y los que me hacen preguntas que uno no sabe por dónde puede encontrar respuestas. Ya te dije una vez que en tiempos pasados hice licenciatura en teología y en sociología y que también más tarde hice algo de psicología. Hombre, con ello veo que se camina algo pero te confieso que la vida de hoy, a pesar de los estudios hechos, me presenta cuestiones que nunca me planteé... Te aseguro que a diario son grandes las preguntas que me lanzan los enfermos y que muchas de ellas son a veces como bombas atómicas como aquella de aquel que me preguntaba: "Padre, ¿Ud. cree que hay vida después de esta vida...?" O la otra: "¿Me puede decir cuándo la Iglesia estará más cerca de los pobres...?" O la siguiente de alguien que había estudiado teología: "¿Cuándo habrá diaconado permanente para seglares para que la Iglesia sea más profética...?"
Amigos, les confieso que de vez en cuando me encuentro también con cristianos fanáticos que huyen de preguntas serias, sí, de esas que queman como las mencionadas. De paso les puedo decir que como los pobres sigan aumentando entre nosotros creo que les veremos un día durmiendo de noche en iglesias convertidas en dormitorios de necesitados. Oye, confieso que cuando empiezo a dar rienda suelta a los sueños me vienen algunos como aquel donde me preguntaba por qué no llegará un día a ser casa de emigrantes el solar que está al lado derecho de la catedral. ¿Es que no fue San Isidoro el que construyó al lado de su vivienda una morada para los pobres? Amigos, el minuto de hoy me lleva hasta pensar en que tendremos no muy tarde entre nosotros a diáconos casados celebrando la liturgia de la palabra en muchos sitios a donde no llegamos los sacerdotes... Oye, qué bien escribió hace años aquel obispo francés: "Mi iglesia duerme"...
Amigo Lucas, yo creo que te conté una vez el susto que me dio el obispo D. Ramón Echarren cuando me llamó al obispado para enseñarme una carta del nuncio donde decía: "Sr. Obispo, dígale a Francisco Martel que le he enviado al Santo padre Juan Pablo II el artículo que él le dedicó con el título Hombre de carne y hueso cuando el papa estuvo en España". Confieso que aquel re-galo no esperado me animó a seguir escribiendo los domingos estos minutos con mis aciertos y con mis errores. Por eso, amigo lector, te invito a que no solo sigas leyendo este minuto, sino que te apuntes a escribir tus minutos en la vida de cada día. Oye, y como ser agradecidos es de bien nacidos, no te olvides de dar gracias a la Iglesia por todo lo que ella va haciendo para acercarnos el evangelio del Maestro Jesús. Ah, y animo a los sacerdotes compañeros a que no tengan miedo de hacerse una operación de oídos de vez en cuando para así oír más a la gente pobre que tiene hambre de Dios deseando a todos mis hermanos curas que hagan revisiones frecuentes con cardiólogos para mantener destupidas las venas poniendo en ellas todos los estents que hagan falta para que la sangre del evangelio circule mejor por la vida de todos los que decimos a diario: Señor, yo creo en ti, pero aumenta mi fe. Amigo Lucas, cierro el minuto pidiéndote una oración por el cursillo de cristiandad n.165 que se celebra en las javerianas de Sta. Brígida este fin de semana con clausura en Sta. Isabel de Hungría el 9 de agosto a las 7.30 de la tarde cantando con alegría el conocido canto de Colores.
