En nuestra tierra canaria, los partidos firmantes del pacto por la sanidad tendrán que constituir un órgano para su seguimiento y grado de cumplimiento. Los nuevos gobernantes en la cámara parlamentaria tendrán que responder a lo que se dejó pendiente en la legislatura anterior a la Iniciativa Legislativa Popular en defensa de la salud Pública y Sanidad Pública -ejemplo de desprecio a la participación de los ciudadanos-, el III Plan de Salud -ejemplo de desprecio a los profesionales y ciudadanos que participaron en su elaboración-, y la Estrategia de la Cronicidad -habrá que ejecutarla- y las conclusiones de las I Conferencias insulares de salud -¿servirá de agenda política? Análisis hay más que suficientes para planificar estratégicamente. Esto no puede seguir sin tomar decisiones y sin capacidad de integrar las diferentes iniciativas, las de dentro y las de fuera. La conectividad y transversalidad ausente de las políticas públicas. No se puede seguir enrocado mirando para otro lado. Eso sí, la prevención de la salud, con unas políticas que incidan en los determinantes de la salud, y el fomento a la participación en órganos con capacidad de decidir, se nos antoja prioritarios y mas que estratégicos. Innovar. La prevención de la soledad en muchos hogares es una demanda silenciosa en determinados grupos de población. Esperamos que Sanidad y Servicios Sociales compartan como mínimo las mismas políticas y como máximo un mismo departamento.
En el ámbito de la salud mental hay una vuelta al cientificismo, al estudio del cerebro con una fuerte inversión, a una nueva revisión de los sistemas de clasificación americano que no gusta a nadie, sino a la industria farmacéutica, y cualquier experiencia etiquetada de enfermedad. El Consejo Interterritorial de S.N.S., ha comisionado a expertos para construir de hecho una nueva Estrategia Nacional de Salud Mental. Su resultado ha sido una colección de documentos que no incide para nada en la realidad asistencial ni a nadie compromete. El Senado solicitándole al congreso programas de prevención del suicidio, por cierto, aun sin elaborar. El Consejo Asesor de la Ministra presentó en abril informes sobre la coordinación y atención sociosanitaria, me pregunto, ¿entrarán las personas con enfermedad mental grave y sus familias por la puerta de atrás, como en la ley de autonomía personal? Un nuevo giro para ampliar el negocio del mercado. La especialidad de psiquiatría infantil acaba de aprobarse pero necesitamos urgentemente contar con una completa red asistencial en las Islas. El Código Penal, una amenaza y una vuelta atrás. La cartera básica de prestaciones común en proceso de revisión. La gestión clínica por procesos tergiversada. La continuidad de cuidados en entredicho. Escasa influencia del sector en los espacios en donde se toman las decisiones. El Movimiento de primera persona tomando su lugar por derecho propio y por estas latitudes aun la asociación integral de usuarios todavía pidiendo un local para el teléfono de la alegría para estar disponible todos los días. Da vergüenza, cabildicios. La enfermería, legítimamente, exigiendo más visibilidad y sin reconocer su categoría profesional y, ¿para cuándo en nuestra comunidad? Los psicólogos también se apuntan con los consejos psicológicos a despatologizar la vida cotidiana, al cambio de paradigma. ¿Asumirán los nuevos gobernantes el Proyecto de plan de acción integral sobre salud mental 2013-2020 de la OMS? Visto lo escrito no les faltan tareas de interés al gobierno y a la novedosa oposición. Afirmaba Zizek (2011) que vivimos en una época en que se promueven los sueños tecnológicos más delirantes pero no se quieren mantener los servicios públicos más necesarios.
(*) Profesor Titular de Psiquiatría de la ULL
