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El análisis

Accidente laboral: del centro de trabajo al domicilio

Qué se entiende por accidente de trabajo in itínere? Resulta ser el de toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo al ir o al volver del lugar del trabajo. En otras palabras, el accidente que tiene lugar en el desplazamiento entre el centro de trabajo y el domicilio del trabajador. Por extensión legal, también se considera como accidente de trabajo, entre otras varias situaciones, la de las enfermedades o defectos padecidos con anterioridad por el trabajador, que se agraven como consecuencia de la lesión constitutiva del accidente. Es decir, aquellas situaciones que, bien habiéndose manifestado con anterioridad al siniestro laboral padecido, o bien estando larvadas y sin exteriorización tangible que haya dado lugar a su diagnóstico anterior, bien se agravan, bien se localizan y manifiestan como consecuencia de la repercusión e incidencia sobre las mismas del accidente laboral que se ha sufrido. De tal manera que, a partir del mismo y por su consecuencia, o bien se agrava la situación anteriormente existente y conocida, o bien es cuando se toma en consideración por primera vez su existencia y su incidencia en la salud y en el trabajo, que deja así de estar larvada para manifestada.

Se exige que suceda en el trayecto de ida al trabajo o regreso al domicilio. Se use el trayecto habitual. Y que no haya interrupciones temporales o desviaciones. Para considerarlo como un accidente de trabajo tiene que ser un accidente en sentido estricto, como puede ser una lesión violenta, una dolencia o enfermedad cuyos síntomas aunque hayan aparecido en el desplazamiento han sido provocados por el trabajo. El medio de transporte elegido debe ser adecuado; incluyendo la bicicleta, coche o moto. Por ejemplo: es accidente laboral in itínere el sufrido por el trabajador que al volver del trabajo se detuvo en el cruce de un stop para dejar paso a un camión, irrumpiendo a continuación en la calzada sin percatarse de que en dirección opuesta circulaba otro vehículo, con el que colisionó, vehículo cuya visibilidad estaba dificultada. No hay imprudencia temeraria, que exige que se omitan las más elementales normas de precaución. Sí se dan infracción reglamentaria e imprudencia simple (que supone que el sujeto no ha querido correr riesgo alguno aunque se hayan descuidado los medios para evitarlo), por lo que el accidente sí puede ser considerado laboral.

Incluso el Tribunal Supremo ha considerado como accidente in itínere el de un trabajador que sufrió un choque con su vehículo a más de cien kilómetros de su lugar de trabajo un domingo por la noche. La realidad social impone exigencias de movilidad que obligan a los trabajadores a aplicar ajustes continuos.

En estos casos, el trabajador percibirá una cantidad económica superior por los daños ocasionados por el accidente si éste es considerado como laboral, es decir una contingencia profesional en lugar de una contingencia común. La cuantía de la prestación que percibirá mensualmente por incapacidad temporal siempre será igual o más alta que por incapacidad temporal común. La asistencia sanitaria corresponde a la entidad que tenga cubierta la contingencia profesional y comprenderá todo el tratamiento médico preciso, incluyendo la cirugía plástica y reparadora necesaria. Además podrán percibirse una o varias indemnizaciones si existe perjuicio estético o lesiones permanentes y por responsabilidad civil del empresario si la empresa ha incumplido las normas de prevención de riesgos laborales.

Los tribunales estudian con frecuencia casos de accidentes laborales in itínere, pero su interpretación no es unánime. Recientemente, una sentencia del Tribunal Supremo ha considerado accidente in itínere el robo con violencia sufrido por una trabajadora en el trayecto del trabajo a su casa. Concretamente, se trataba de la empleada de un estanco que, tras cerrar el local a las ocho de la tarde, fue víctima de un robo. El suceso le causó una incapacidad temporal por trastorno adaptativo. O el caso de un hombre que fue asesinado cuando accedía a su domicilio procedente del trabajo, otro que sufre un infarto de miocardio cuando esperaba el autobús de la empresa, o el accidente ocurrido durante el regreso al domicilio familiar de un empleado desde el lugar de trabajo al que había sido desplazado por la empresa. También se ha reconocido como accidente de trabajo la caída por las escaleras de una mujer en el edificio donde se ubica su domicilio, cuando se dirigía al trabajo. En muchos casos, el accidente tiene que ver con el tipo de transporte que se utiliza. Así el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña dictaba una sentencia en la que calificaba de accidente in itínere la caída de un trabajador que se desplazaba de la oficina a su casa en patinete y que le causó diversas fracturas.

En el caso de que ello ocurra, siempre hay que comunicar a la empresa lo ocurrido, y acudir a la mutua. En el caso de estar fuera del horario de atención de la mutua, acudir a urgencias y al día siguiente acudir a la mutua. En este tipo de accidentes, el trabajador es quien debe demostrar qué ha ocurrido durante el trayecto al trabajo, o a la salida del mismo. La práctica de la prueba tiene una importancia trascendental, ya que se está ante la necesidad de demostrar "que se da la conexión o nexo causal entre lesión y trabajo".

En mi experiencia profesional, la casuística de los accidentes de trabajo es tan amplia que los tribunales han tenido que pronunciarse en numerosas ocasiones en función de cada caso concreto para determinar si se trata o no de contingencias laborales.

stylename="050_FIR_opi_02">munguia@munguiaabogados.com

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