El grupo parlamentario de Podemos ha presentado en el último pleno de la Cámara una proposición no de ley instando al Gobierno de Canarias "a propiciar un acuerdo entre el sector turístico y el cultural, con el objeto de difundir, promover y comercializar la obra creativa de artistas de las islas en instalaciones, centros, equipamientos y servicios propios del sector turístico (sic)". Al parecer la obra no creativa de los artistas no les interesa. O yo no entiendo muy bien esta vaga propuesta, porque nada más leerla no he podido evitar imaginar a varios cientos de alemanes, británicos y rusos desayunando en perfecto silencio sus huevos con bacon y sus arenques en el comedor del hotel mientras un camarero leía con voz potente y delicada una selección poética de Tomás Morales.

La ocurrencia de sus señorías podemistas concreta en una PNL un lugar común que circula hace bastantes años por nuestras ínsulas baratarias: aprovechar el patrimonio cultural canario - el histórico y el actual - como atractivo turístico creando una estimulante sinergia entre una y otra esfera de actividad. A ese difuso pero persistente convencimiento cabe quizás atribuir el nombramiento de Cristóbal de la Rosa, un experimentado gestor cultural curtido en el Cabildo de Tenerife, como viceconsejero de Turismo del Ejecutivo regional. Desde los años 80 el llamado "turismo cultural" se ha convertido en factor principal de desarrollo de muchos destinos turísticos. Se considera un mercado en crecimiento, un yacimiento de turismo de nivel adquisitivo medio y alto, una fuente accesoria de ingresos para la industria cultural local, una praxis para reforzar los elementos identitarios (o característicos) de una marca turística. Pero los caballeros y damas de Podemos (como los demás parlamentarios) no saben de lo que están hablando ni sobre lo que instan al Gobierno.

¿Quieren ustedes entrar decididamente en los predios del mercado cultural y la comercialización de obras artísticas? No les arriendo las ganancias económicas ni simbólicas. Dicho crudamente: no disponemos aquí de referencias artísticas con proyección internacional. No podemos ofrecer una arquitectura deslumbrante, unos potentes y bien conservados cascos históricos, un urbanismo atractivo. Insertar museos y pinacotecas en itinerarios turísticos - podemos presumir de media docena de estupendos pintores y algunos escultores destacados, pero no de una marca reconocible fuera de las islas - tendría un interés muy marginal y una rentabilidad escasa, si no nula. Y sobre todo: el joven canario de hoy sigue ignorando miserablemente su propia cultura, su propia literatura, los pintores y escultores y músicos y cineastas de las islas. Porque los sigue ignorando la escuela y los institutos de educación secundaria. ¿Qué tal si empezamos por nosotros mismos? Igual conseguiríamos, aunque sea un modesto logro, PNL mejor escritas y con mayor sentido de la realidad,