La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Reflexión

Diálogos con lo probable

Qué complejidad. La búsqueda de los significados de la vida. Es tan singular para cada uno. Es individual su camino, es hondo e intimo este proceso. Es tormentoso su hallazgo, se tenga o no la fortuna de encontrarlo. Es difícil saber distinguir lo que sí sería propio y sustantivo de lo que sería superficial y no es producto de la sociedad de consumo. Es meritorio buscar significados en un mundo de supervivencia. Son geométricos los recorridos que tenemos que hacer. Es diferente según la parte del mundo donde vivas. Y es que no podemos encontrar el significado si no cavamos en la confrontación de nuestro propio discurso identitario. Si uno no se pregunta quién realmente es, o al menos se imagina quién es. Uno puede estar alimentando al personaje y no al individuo, a la persona. El personaje tiene un registro en su obra y en su escenario. Esto le da sentido a su teatralidad. El personaje se encuentra desbordado por lo que no es él, diría Ricoeur. En su intimidad, el individuo no tiene obra, tiene sin guión que llenar una memoria que le diga algún día, cuando se pregunte, -porque lo hará algún día o muchos días-, quién es. O cómo vivir mejor. Más tranquilo. No hacerse esta pregunta es imposible. Solo se la realizan los seres humanos. Ni los dioses ni los animales se la plantean, solo los mortales que saben que van a morir en algún momento. El individuo no es un defecto, es un acto creativo. Como diría Heidegger, vivir de "modo ontológico", en el cuidado del ser, más que por su fragilidad, por la responsabilidad que uno tiene con respecto de sí mismo. Sólo de este modo nos ponemos en contacto con la creación de nosotros mismos, y podríamos llegar a captar el poder inherente a la propia capacidad de cambio que podemos parir. He visto a un brillante economista cambiar su vida a mejor después de un cáncer y relatar qué equivocada era la vida que llevaba hasta entonces. El contacto con la fragilidad nos produce vértigo y posibilidades.

La individualidad es un proceso creativo. Su construcción es una búsqueda por superar lo fragmentario. Responder al recorte fragmentario -fragmentur, si se le quita el frag significa mentiroso- de la realidad, de una parcela del sí mismo, que no nos da cuenta de toda la realidad. Muchas veces nos mostramos incapaces para tener ojo de águila y ver el conjunto y las interacciones de nosotros y de lo que nos rodea. Necesitamos movimientos y compases de desconstruir y volver a construir, como diría Derrida, y de rompernos para recomponer el equilibrio móvil que debe ser lo suficiente superador para observar la totalidad y la complejidad de nuestra subjetividad. A lo mejor mis esfuerzos han estado dedicados a una actividad, pero en mis sueños, me aparece otra lectura, para mí desconocida y que realmente es lo que me importa. ¿Cómo de adulto, llego a desmadejar mis sueños y mis deseos, de los deseos y los sueños de los demás, o de la cultura dominante? Nuestra desesperación la mayoría de las veces viene de la mano de nuestra incapacidad para desarrollar y mantener relaciones interpersonales gratificantes, de nuestra confrontación, de nuestra condición humana con nuestras propias condiciones existenciales, y las inevitables incertidumbres del vivir. En Kafka la incertidumbre de existir y, por consecuencia, la obsesión por demostrar nuestra existencia, prevalece por sobre todas las cosas. Al parecer, le interesaba demostrar su existencia, aunque no tuviera otro sentido más que ese precisamente. Y todo ello sin olvidar, como telón de fondo, como verdad insuperable que todo se desvanece y que la desaparición de las cosas nos produce temor. Esto provoca dos modos radicalmente opuestos de enfrentarse a la angustia fundamental. El creerse especial e inviolable y confiar en la existencia de un salvador. Ambas son puertas falsas. Encontrar el sentido es una motivación muy importante para la vida, otros lo encuentran es el desarrollo y expansión de la libido en las diversas formas de sublimación, para otros en su relación con el poder o en el culto a la belleza, y muchos otros vivir en sintonía con sus valores. Claro, tener valores es estar en contactos con su sentir, sin negarlo. Viene a significar compromiso con uno.

Los hechos de la existencia nos generan nuestros conflictos esenciales: la muerte, el aislamiento, el significado de la vida, y la libertad, diría Yalom. Y el emerger de la salud y la enfermedad, en mi experiencia, acompaña a estos conflictos. Es inevitable para todos. Ahora bien, los conflictos de fuerzas que generan estos hechos cada uno los tapa y almacena como puede, mientras se pueda. Dinámico, caótico. y apasionante es el mundo de la vida, donde uno se intenta crearse a partir de un nombre, para saberse. Y más aún cuando uno descubre que la realidad se puede construir. Todos podemos construir nuestra propia historia en un proceso que dura toda la vida, que no debe detenerse. Su combustible esencial es la introspección y la autoexploración, que requiere de un inevitable proceso de confrontación con los hechos de la existencia. Es un proceso doloroso por la toma de decisiones que conlleva. La capacidad de decidir siempre nos devuelve la libertad. Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos, decía Galeano. Cada día tiene una historia y nosotros somos los que la contamos.

Ser responsable es ser autor de uno mismo. Mientras consideremos que nuestros problemas son causados por otras personas o agentes externos a nuestra voluntad no podremos construir nuestra propia subjetividad. Construir posibilidades es construir nuestra historia de significados. Sabiendo que muchas de las cosas o situaciones que experimentamos son universales: han sido experimentadas por otros. En los momentos de más infortunio es saludable recordarlo y apoyarnos y aprender de las experiencias de los otros. Ancestralmente todas las tribus reservaban un lugar para sus ancianos por su sabiduría y experiencia. Hoy, los mayores viven en soledad. Saber lo que va a suceder, comprender lo que esta sucediendo, la percepción del control de los acontecimientos y mantener cierto control sobre lo que sucede, permite estar en mejores condiciones para decidir, para ejercer nuestra libertad. Dejar de ser una persona que necesita siempre de algo, a dar algo, nos coloca en el desarrollo de individuo, de su máximo desprendimiento. Poder transcender más allá de uno mismo para adquirir compromiso con otros nos permite descubrir también la pertenencia, como referencia identitaria y llena de significados.

La vida hay que verla como la posibilidad de las posibilidades. Leer la vida es leer una novela. Necesitamos un mundo para poder desplegarnos. La cueva es mía, como dijo uno de los personajes de las ratas de Miguel Delibes. Decir lo que uno tiene que decir. A lo mejor todo se reduce a ello. No hay manuales de autoayuda. Cerrado el comercio de las emociones de por vida. Buena noticia.

(*) Profesor titular de Psiquiatría de la ULL

Compartir el artículo

stats