El pasado domingo, 13 de marzo de 2016, tuvieron lugar elecciones en tres de los (16) parlamentos de Estado (Länder) alemanes.
En los tres consiguió entrar por primera vez y con entre un 12,4% y 24,2% la AfD (Allianz für Deutschland), un nuevo partido muy de derechas, que primero luchó mayormente contra el euro y desde el año pasado contra la entrada de refugiados.
En 2015 Alemania acogió a más de 1,1 millones de refugiados, lo que en comparación con España significaría la entrada de medio millón en este país.
El gobierno alemán, en gran coalición entre la Unión Cristiana (CDU / CSU) y la Socialdemocracia (SPD), ha conseguido de momento una Alemania francamente rica, con fuerte superávit y verdadero récord de empleo, i. e. relativamente poco paro. En cambio, erró al crear un "Estado esbelto", reduciendo p. e. la construcción de viviendas sociales, el número de policías, etc.
Cuando el gobierno alemán se vio sorprendido en 2015 por una verdadera avalancha de refugiados del Oriente Próximo -sobre todo que de la creación de cuyo fenómeno no está nada ajeno el Occidente- Angela Merkel no dudó en proclamar: "We can do it", como diría Barack Obama, y encontró entusiasmado respaldo entre muchos alemanes, aunque también algún rechazo, incluso en su partido hermano, la CSU.
Entonces ocurre un hecho puntual que condiciona el desarrollo del enorme problema de la aceptación de refugiados: el fin de año pasado, o sea el 31 de diciembre, en su tradicional celebración multitudinaria frente a la estación de Colonia, cientos de refugiados del Magreb se dedicaron a robos y ataques sexuales a mujeres, sin que la escasa policía fuese capaz de controlar la situación. Fue como si en la plaza de Sol una enfurecida turba cometiese impunemente excesos de toda clase entre los numerosos madrileños, sin que la policía fuese capaz de evitarlo.
Y esto jugó muy en favor de los enemigos de aceptación de refugiados, como lo demuestra el resultado de las elecciones del domingo.
Como vemos diariamente, también en la Unión Europea existe poco interés por acoger a gente que huye de los horrores de guerras civiles, de la vida sin expectativas, y Alemania se encuentra bastante sola cuando creía algo ingenuamente, que toda Europa ayudaría a resolver el tremendo problema de estos refugiados.
Allí tenemos a Angela Merkel luchando en Bruselas por la acogida de las víctimas de erróneas políticas occidentales desde 1919 (creación de Estados artificiales en Oriente Medio) hasta 2003 (invasión de Irak, Trío de las Azores).
¿Tendrá al fin éxito y no se quebrantará Europa?
