Cuando se conocieron los resultados de las últimas elecciones rápidamente se anunció y celebró el final del bipartidismo, al que se le responsabilizó de todos los males. Se le dio la bienvenida al pluralismo que traería, según decían los nuevos partidos, grandes ventajas. Al mismo tiempo se consideró que los resultados daban a conocer un mensaje de la ciudadanía, que por supuesto todos los partidos lo entendían como favorable a sus ideas. ¿Pero cuáles han sido los resultados reales en los casi tres meses transcurridos? No se ha podido elegir al presidente del Gobierno y al anterior continua actuando en funciones para dar salida a los asuntos de trámite. ¿Se confía en que se producirá un cambio a corto plazo? Se desea, pero hay mucha incertidumbre de lograrlo. Los optimistas lo esperan, los pesimistas desconfían y los realistas lo dudan. La situación puede terminar en unas nuevas elecciones a finales del mes de junio, con unos resultados verdaderamente inciertos que podrán aportar una solución o no. Pero como no es bueno vivir sin esperanzas, deseemos que al menos la formación de un nuevo gobierno se logre en un corto plazo, y que lo que ha sucedido hasta el momento solo sea "un tropezón" en el arranque de la legislatura. ¿Y el funcionamiento después? Aquí también hay novedades, pues si bien se preveía que el bipartidismo sería sustituido por lo nuevo, la realidad de las últimas semanas nos ha demostrado en el tono y contenido de los debates que reaparece la izquierda, la derecha, el centro y los partido pro independencia, en mi opinión con excesiva radicalidad. La experiencia demuestra que se avanza más llegando a pactos, como el de la Moncloa, y que los enfrentamientos estériles no desbloquean la situación, si no que más bien la agravan, pero desafortunadamente muchos políticos solo actúan simplemente cara a su galería. Conclusión: si todos los representantes de los partidos se hablaran y se escucharan con respeto, descubrirían que hay muchos temas para aprobar con casi unanimidad y de forma inmediata, temas cruciales para la vida cotidiana de muchas familias españolas que ven con asombro e indignación la actuación de nuestros políticos.
