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El callejón del gato

Eutanasia política

La eutanasia es la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente desahuciado con la intención de evitar su sufrimiento. Esto mismo es lo que le está ocurriendo al sufrido pueblo español después de asistir al bochornoso espectáculo que últimamente están dando los políticos.

A estas alturas, todos han quedado retratados, por lo que para evitar alargar esta agonía política lo que parece razonable es que todos se pongan de acuerdo y nos eviten dos meses más de sufrimiento innecesario y convocar elecciones cuanto antes para salir de este impasse en el que nos encontramos.

España no se puede permitir el lujo de continuar por un camino en el que nadie se hace responsable de nada, mientras, la economía se deteriora día a día provocando una incertidumbre que pone en solfa la incipiente recuperación a la que veníamos asistiendo.

Todos se echan la culpa de que no se haya podido formar un gobierno. En realidad a nadie se le escapa que la situación es harto complicada pero, si existe un atisbo de honradez, entre los partidos políticos que acudieron a las últimas elecciones deberían reconocer ante la ciudadanía su incapacidad para llegar a un puerto seguro sin tener que zozobrar en pleno tsunami.

Pocas veces se han visto tantos insultos en tan corto espacio de tiempo, el rencor y el odio, esto sí que es preocupante, está siendo un arma arrojadiza de unos contra otros. La corrupción es la gran estrella de momento por lo que el "(...) y tú más" continúa en el subconsciente de todos los actores del sainete de esta parodia nacional en la que está inmersa nuestra clase política. Su Majestad el Rey le ha dicho a los partidos políticos que busquen un acuerdo antes de volver a aparecer por la Zarzuela para no entrar en un bucle diabólico, vamos, en un coñazo que no hay quien lo aguante.

Pasan los días y todos exprimen, como a un limón, los números de los diputados que tiene cada partido retorciéndolos hasta el infinito sin que arrojen el más mínimo atisbo de que se pueda llegar a alumbrar un posible gobierno con la estabilidad necesaria para llevar a cabo las tan cacareadas reformas.

Todo aquel que tiene una razón para vivir, en lo que a la política se refiere, puede soportar cualquier forma de hacerlo.

El problema radica en que nadie se baja del burro ideológico, en definitiva, al final, como dijo Victor Hugo: sólo viven aquellos que luchan y, por ahora, no veo a nadie que se ocupe en serio de los verdaderos problemas sociales y económicos que en realidad es lo que les interesa a los españoles, porque sólo sentimos los males públicos cuando afectan a nuestros intereses particulares.

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