Un colegio llamado Claret forjó allá por los años sesenta el que es ya todo un campeón. El Club Baloncesto Gran Canaria acaba de licenciarse como un grande al hacerse (su primer título) con la Supercopa.
El siempre hermano menor del todopoderoso fútbol nos viene regalando instantáneas que le colocan en lugar de culto de las videotecas deportivas. En el camino, nunca fácil, ha sabido recomponerse temporada tras temporada y, cual ave fénix, resurge para hacer historia.
El club claretiano, que tiene sed de más copas y hambre de victorias, ha vuelto a conformar una escuadra capaz de alcanzar sueños que muchos veían inalcanzables.
Estos éxitos, sin embargo, no son fruto de la casualidad, sino que detrás está una dirección deportiva encabezada por Berdi Pérez y el soporte incondicional de aficionados y medios de comunicación. Durante años, periodistas como Agustín Padrón, los hermanos Alonso o los Borrego, por mencionar algunos, han engrandecido con sus crónicas a los que comienzan a ser unos verdaderos amarillos de leyenda.
El Gran Canaria quiere citarse con la épica y un año más se fajará por llegar lo más lejos en todas las competiciones. A su favor, el equipo cuenta con una irreductible afición, repleta de ilusión, que se lo va a pasar muy bien durante la presente temporada. Pasión y emoción sobre el parquet donde el embrujo del Granca no dejará indiferente a nadie.
