La Provincia - Diario de Las Palmas

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Concierto

Entre lo perverso y lo admirable

La mayor parte de las obras interpretadas por el Duo Antwerp, ante unas sesenta personas, no tiene nada que ver con el espìritu y la letra de los 32 primeros Festivales de Canarias. Si es "renovación" o diferencia el lenguaje pleistocénico y el color local de las bagatelas (con títulos tonadilleros como Acuarelas españolas, Duende ó Sueño español, ente otros) firmadas por seis compositores del País Valenciano, la perversión del Festival 33 ya roza el nivel catastrófico. Como resulta que los intérpretes, la marimbista hongkonesa Adilia Yip y el bajoclarinetista valenciano Daniel Belloví, son buenos -ella, sobre todo- y respetables, procede olvidar esas perlas (¡que están paseando por las ocho Islas!) y comentar la parte seria del programa.

Lo mejor han sido las piezas de Gonzalo Dìaz Yerro, autor madrileño-canario que actualmente reside y trabaja enViena, y de dos colegas belgas, joven uno y veterano el otro, ambos prestigiosos. La pieza del español que figura en programa fue sustituida por el estreno absoluto de otra especialmente escrita para el duo ejecutante, con el tìtulo Noir según entendí cuando fue anunciada. Gonzalo es un extraordinario creador de atmósferas en suspensión armónica y tímbrica, que se concreta y despliega en imaginativas ideas y procesos motívicos de naturaleza muy contrastada en la alternancia sincrética de lo tonal y atonal, presidida siempre por una estética de la belleza.Magnificos los recursos extraidos de los dos instrumentos.

Mal/Olsin Suite de Michiel de Malsche, para marimba-solo, especula inteligentemente con ostinati rítmicos en una serie de variaciones que en parte asimilan el sabor exótico de la escala oriemtal. Y De lejos y cerca, de Wilfried Westerlinck, explora con muy alto nivel técnico la naturaleza sonora de los dos instrumentos, con climas, ideas y procesos de elaboración muy representativos del klangideal de estos tiempos. Yip, admirable virtuosa de la marimba, y Belloví, buen conocedor del un tanto monótono clarinete bajo, fueron muy aplaudidos.

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