Cariño, ternura y amor desinteresado. Tres palabras, que en situaciones difíciles de la vida, cobran más significado. Pues todo ello fue lo que recibió nuestra querida madre y abuela Teresa durante su larga estancia en la Clínica San José. Más allá de la profesionalidad demostrada por todo el personal, el buen trato y la cercanía recibida, siempre quedarán en nuestro recuerdo. Hasta su último instante de vida y después de su fallecimiento nos sentimos arropados y cuidados. Juntos lloramos su pérdida y el no poder seguir disfrutando de tantos momentos entrañables a su lado. A todas las personas que aquí trabajan les estaremos eternamente agradecidos por todo el afecto que le proporcionaron día tras día.
En especial, a sus 'niñas de San José', quienes nunca dejaron de hacer todo lo posible para que ella estuviese cada día mejor. Jamás olvidaremos vuestra dedicación y cariño incondicional hacia ella. Todos se han convertido en parte de nuestra familia, pues han tratado a Teresa, como parte de su familia. Ahora, solo nos queda mantener un bonito recuerdo. Cada palabra, sonrisa, carcajada o gesto de amor vividos en esa habitación 202, durante estos años, no deben caer en el olvido. Nuestra madre y abuela dejó huella en todos nosotros, y ustedes, personal de la Clínica San José, han dejado una huella imborrable en los familiares de Teresa Santana Santana. Muchísimas gracias por todo y más.
