Evitar el deterioro, el abandono, la marginación, la exclusión social y la institucionalización de los pacientes con enfermedad mental son los objetivos generales de la Asociación de Familias para Apoyo de Personas con Enfermedad Mental (Afaes). También matizan que el tratamiento precoz de los trastornos psíquicos evita los suicidios.

Pero no sólo estos problemas acechan a los afectados, sino que también son muchas las familias canarias que acuden a la asociación para disminuir la dependencia de la persona con enfermedad mental crónica entrenando habilidades para el desarrollo de su autonomía personal y social, al igual que descender la carga familiar y mejorar por consiguiente las relaciones familiares.

Así, se llega a que el 85% de las personas con trastornos psíquicos son atendidos por sus familiares en sus casas, cifra que se puso de relieve el Día Mundial de la Salud Mental, celebrado el pasado 10 de octubre. A su vez, el año pasado Afaes atendió en sus centros a más de doscientas personas, contando actualmente con 1.000 socios, y se ha puesto de manifiesto que la cifra ha aumentado porque los efectos de la crisis económica han sido más duros. "Ahora tenemos una gran incertidumbre, porque los recortes en las subvenciones nos han obligado a prescindir de algunos servicios y trabajadores; además nos preocupa la situación para el próximo ejercicio".

Según declaró Andrés Mendoza, presidente y administrador general de la asociación, "el tratamiento precoz de los trastornos psíquicos puede reducir el riesgo de suicidio, pero ese tratamiento precisa de apoyo terapéutico conductual. Recetar medicamentos no es la única solución. Nuestra meta es mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedad mental".

En la actualidad, Afaes tiene cuatro pisos tutelados, de los cuales tres son masculinos (con 14 plazas) y uno femenino (con tres plazas). El personal encargado del cuidado y mantenimiento de dichos pisos está formado por un psicólogo supervisor, cuatro educadoras/cuidadoras y un trabajador social de apoyo.

Así, los beneficiarios del programa de familias son personas con edades de 18 a 65 años, con enfermedad mental crónica cuyos déficits de funcionamiento psicosocial les impidan integrarse y funcionar con autonomía e independencia y no puedan ejercer por sí mismas sus necesidades de alojamiento y soporte teniendo problemas para acceder y estar solas en una vivienda.

También disponen de centros de día, donde dan rehabilitación, clases de ordenadores, pintura y escultura, así como el Centro Especial de Empleo en Salto del Negro, que da trabajo a 20 personas con esquizofrenia en la actividad de lavandería industrial. "Para los trabajadores con enfermedad mental, el centro ha sido totalmente regenerador", afirmó el administrador general.