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La 'oca a oca' de las emociones

Dos profesoras patentan 'In crescendo', un juego de mesa didáctico que nace para facilitar la comunicación entre los alumnos, pero su uso se extiende al ámbito familiar y de ocio

María de la Luz Delgado y Guadalupe Alemán, mostrando las bases del juego.

"Un juego para comunicarse, para tender puentes entre los participantes. No es sólo jugar sino avanzar en el conocimiento del otro y de uno mismo. No se gana ni se pierde, se evoluciona. El gusano de seda se transforma en mariposa, una vez vencidos los obstáculos del camino". Esta es la esencia de In crescendo, un juego de mesa didáctico, de similar formato al juego de la oca, diseñado y patentado por dos profesoras de la Isla, una ya jubilada, María de la Luz Delgado, y otra en activo, Guadalupe Alemán. Ambas han sumado esfuerzos para abrir la puerta de las emociones a los jóvenes, y no tan jóvenes, a través de la diversión.

"In Crescendo nació de la necesidad del aula, queríamos crear un medio lúdico para facilitar a los adolescentes el autoconocimiento y conocimiento del otro, reafirmarse tomando confianza en sí mismos, aprender a expresar su pensamiento, respetar las opiniones y sentimientos ajenos, guardar el turno de palabra propiciando la escucha, perder el sentido del ridículo y facilitar que sean capaces de demostrar afecto por los demás", indicaron las autoras del juego.

Tanto a Guadalupe Alemán García como a María de la Luz Delgado Betancort les fascina el mundo de la comunicación y el crecimiento personal. Paralelamente a su carrera docente, ambas tienen la formación como facilitadoras de Biodanza; además, Alemán es narradora oral y Delgado colabora desde hace muchos años como orientadora en el Teléfono de la Esperanza. Una maestría que han volcado en este juego que ha traspasado las fronteras del aula.

"Nació de la experiencia con nuestros alumnos, pero también lo hemos probado con grupos de adultos y vemos que es apto para adolescentes en adelante, para jugar en casa, en asaderos...", indicaron. "Observamos la necesidad de que los jóvenes dispongan de un espacio donde se les facilite la relación con sus compañeros de una manera más cercana; con actividades en donde se tenga en cuenta el escucharles, hacerles sentir comprendidos, respetados y queridos. En definitiva aceptados como son. Hacerles saber que no sólo nos interesa su rendimiento académico, sino aún más el hecho de conocerles, transmitirles unos valores, desarrollar en ellos una serie de habilidades sociales?".

Para responder a esta inquietud, Guadalupe Alemán comenzó a desarrollar una serie de actividades lúdicas en el aula, que poco a poco fue tomando la forma de un juego de mesa. "Esto nació en esos días de final de trimestre, que quieres hacer algo diferente con los alumnos, salirte del tema puramente académico. Empecé a probar diferentes dinámicas con los chicos, y cuando me di cuenta había creado un juego, sólo faltaba el tablero, y ahí fue cuando se lo comenté a Mary Luz, a ella se le ocurrió el nombre, el diseño del tablero...", indicó la profesora de matemáticas.

Bajo una apariencia lúdica, In crescendo, resulta de gran ayuda para el autoconocimiento; y al mismo tiempo sirve de herramienta para establecer una comunicación, que facilite una mayor integración social. Utiliza un procedimiento que contribuye a desarrollar habilidades en las personas mediante pruebas sencillas como: realizar una acción, dar o recibir una muestra de afecto, improvisar una breve exposición sobre un tema o contestar a una pregunta sobre sí mismo, sus gustos, su manera de pensar y de actuar en diferentes situaciones? "Cada vez la dificultad puede parecer mayor, hasta que como el nombre indica consiga ir creciendo en seguridad mientras avanza con su ficha por el tablero".

Ideado para grupos de entre cinco y 10 participantes, aunque en caso de ser muy numerosos se puede jugar en equipos, los jugadores van pasando por diferentes casillas que están representadas siguiendo las fases que caracterizan la vida de un gusano de seda: de huevo a oruga, después a crisálida, hasta que finalmente se convierte en mariposa. "La primera persona en llegar sería el ganador, aunque la finalidad no es ganar, sino de una manera entretenida desarrollar una serie de objetivos, como conocerse un poco más a sí mismo y a los compañeros y lograr una mayor cohesión del grupo".

A través del mismo, los jugadores van adquiriendo una serie de destrezas, como facilidad de improvisación y comunicación, reflexionar sobre temas de actualidad y valores, aprender a respetar las opiniones de los demás y el turno de palabra, expresar las propias opiniones y sentimientos, respetar normas, vencer la timidez, acostumbrarse a dar y recibir muestras de afecto dentro de un ambiente seguro y de respeto, mejorar la autoestima a través de la autoaceptación, o desarrollar la creatividad.

In crescendo está compuesto por un tablero, fichas de distintos colores o números, un dado, 500 tarjetas de siete colores, barritas de pintura, un cronómetro, y mini-pulverizadores, "porque en ocasiones hay que mojarse".

Esta iniciativa fue registrada por sus autoras como obra didáctica y como juego de crecimiento personal, además de patentarse su marca y gráficos. El siguiente paso será la comercialización del mismo, para lo que necesitan inversores o empresarios que apuesten por sacarlo al mercado.

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