Todas las materias de la nueva selectividad o evaluación de fin de etapa de Bachillerato, que se estrenará este curso, serán obligatorias para el alumnado que se presente y la nota máxima se mantendrá en 14. La definición de la nueva reválida de la Lomce (se estrenará también este curso la de Secundaria) que sustituirá a la actual selectividad todavía no está clara. El Ministerio de Educación tiene pendiente publicar la orden de desarrollo del real decreto de evaluaciones, que recogerá todos los criterios de puntuación. En las últimas semanas han surgido dudas por parte de los centros, precisamente por vacíos derivados de la aplicación de la Lomce. Las universidades, a través de la Conferencia de Rectores, negocian con el Gobierno para definir una reválida, que fija la Lomce, que finalmente será reválida y selectividad en una misma prueba y que a medida que pasa el tiempo desde que el Ministerio de Educación la presentó y se acerca la fecha de la inauguración, se parece más a la actual selectividad.
Hasta ahora, dos partes. La selectividad actual tiene dos partes diferenciadas, una de ellas obligatoria y otra voluntaria. La primera puntúa de 0 a 10 y la voluntaria de 10 a 14. A la segunda solo se presentaban los alumnos que querían obtener más nota examinándose de asignaturas específicas para lograr entrar en su carrera favorita. Es, lo que conoce el alumnado, como ir a la parte para subir nota, además de a las asignaturas obligatorias.
Dudas de gestión. La semana pasada los rectores advirtieron de que el Ministerio de Educación se podría encargar de la puntuación de las pruebas de 0 a 10 puntos en la evaluación final de Bachillerato de la Lomce y que dejaría en manos de las universidades el tramo de 10 a 14 puntos. Esto permitiría a las universidades, por ejemplo, realizar pruebas concretas al alumnado, más allá del examen de las materias (que se ponderaría sobre 10), como por ejemplo una entrevista, de cara al acceso a carreras.
Apuesta por el distrito único. El problema de dividir la gestión de la prueba, hasta 10 y hasta 14, implicaría poner en duda el distrito único, es decir, que la manera de puntuar la selectividad y la nota final que se obtenga sea común para todas las comunidades autónomas. Este objetivo lo tienen claro tanto el Gobierno central como la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE). El reto es que la nota de selectividad sirva para acceder a la universidad en cualquier comunidad, como ocurría hasta ahora.
Imitar el modelo actual. El presidente de la CRUE, Segundo Píriz, expresó que la reválida ha de ser lo más parecido posible a la Prueba de Acceso a la Universidad que existe en la actualidad. Por ello, indica que la negociación apunta a que el Gobierno se encargue también del tramo de 10 a 14. De este modo, serían las comunidades autónomas, con la función de organismos que ya operan hasta ahora las encargadas de la gestión y las puntuaciones de las pruebas, según fuentes universitarias.
¿Obligatorias todas las materias?. Sí, todos los exámenes de materias incluidos en la nueva reválida han de ser obligatorios teniendo en cuenta el carácter de reválida de la propia prueba. Además de salir la nota que dará acceso a la universidad, la evaluación final servirá para obtener el título de Bachillerato y graduarse. Este curso, como ocurrirá con la reválida al final de Secundaria, la prueba no contará para titularse.
Ponderación de 10 a 14. En lo que ahora es la parte de materias específicas de cada Bachillerato, más orientadas a un tipo de estudios en concreto, la Conferencia de Rectores pide que sea también el Gobierno, a través de las comunidades autónomas, el que evalúe dichas asignaturas más orientadas al estudio de una carrera u otra. "La idea es que la comunidad, en función de las asignaturas de las que ya se han examinado los alumnos, pueda utilizar tablas de ponderación para puntuar entre 10 y 14", avanzó el presidente esta semana. Pasa por ejemplo, en la actualidad, a la hora de puntuar asignaturas específicas de las modalidades de Bachillerato, por ejemplo, que una asignatura como Biología valga un 1,5 si se quiere estudiar esa carrera, y un 1 si quiere estudiar Matemáticas. En todo caso, la ponderación de dichas materias estará orientada al estudio de una titulación universitaria en concreto, además de ser cruciales para validar el título de Bachillerato.
Hasta el 2018 para fijar las asignaturas. Para dar tiempo a los centros a que todo el alumnado prepare las materias que entran, las universidades lo tendrán en cuenta hasta el 2018, de manera que pasen dos años de periodo de adaptación. En todo caso, el alumnado en primero de Bachillerato debe orientar las asignaturas ya a la carrera que desee estudiar.
Exámenes de ocho materias. Este curso el alumnado al que le toque finalizar Bachillerato e inaugurar la evaluación de fin de etapa tendrá más materias obligatorias de las que se exigen en la actual selectividad. Serán en total, a partir de 2017, ocho asignaturas de las que los estudiantes se tendrán que examinar: cuatro troncales (Lengua, Idioma Extranjero, Historia y Filosofía), dos materias troncales de modalidad y dos específicas. En el modelo actual el alumnado realiza, obligatoriamente, cinco asignaturas, que suelen concentrarse en el primer día de exámenes. Además y sólo si quiere de forma voluntaria puede presentarse a cuatro materias con el objetivo de subir nota. Las materias consideradas como obligatorias hasta ahora eran Lengua Castellana y Literatura, Lengua extranjera, Historia o Filosofía y un ejercicio sobre una materia de modalidad de segundo de Bachillerato que se asocie a Artes, Ciencias y Tecnología o Humanidades y Ciencias Sociales. Otro de los cambios con respecto a la actual selectividad es que entran materias que se imparten en segundo de Bachillerato y también en primero, como Filosofía, de manera que los aspirantes tendrán que repasar la materia de dos cursos.
