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Entrevista a Llorenç Raich

"La fotografía es expresión, metáfora y simbolismo de la realidad"

"Los poetas parten de su yo íntimo, como la motivación especial y única para desarrollar el lenguaje", cuenta el fotógrafo, docente y ensayista

El fotógrafo, ensayista y profesor Llorenç Raich. JOAN RIBÓ

¿La fotografía como poesía es el titulo de la ponencia con la que inaugura la undécima edición de Gran Canaria Foto 2016, además de impartir un taller con este mismo fundamento. ¿Qué opinión le merece este encuentro que reúne a profesionales y aficionados de la fotografía en una edición que pivota sobre La poética de la luz?

En primer lugar, este encuentro con el subtítulo de La poética de la luz es muy acertado porque auna a todo aquel ser que, en definitiva, se relaciona con el medio fotográfico. Indudablemente mi charla gira en torno a la poesía y por tanto con una parte de la fotografía artística. Pero en estos encuentros, lo que nos une a toda la gente dedicada a la fotografía no solo es la poesía y el arte, sino también la profesión, la idea del documento. Precisamente veo personalidad y singularidad en estos encuentros y puede abarcar la diversidad, porque es un encuentro de la diversidad del medio fotográfico, y que todos no solo partimos de la luz y su poética, sino que además todos nos encontramos con el mismo reto, que es crear imágenes.

La captura de la imagen trasciende al mejor hecho de observar, y se convierte en un ejercicio artístico.

Desde su nacimiento la fotografía tuvo esa gran posibilidad de ser una herramienta que podía utilizar el ser humano en todos los sentidos de su vida. Fotografíar lo que estaba alrededor, que es lo primero que se hizo, comportaba como hemos dicho sacar expresión, metáfora y simbolismo de la realidad, como crear documentos importantes para tener una imagen más cercana de esas realidades que nos envolvían y de las circunstancias históricas. Y sobre todo, para entrar en esa espiral que comporta la propia economía y que se sustenta, que es mostrar la necesidad de comunicar a través de objetos, de vestidos, además del retrato. Desde su nacimiento, tuvo una gran aceptación. Fíjate que hay pocos inventos que una vez salidos del laboratorio no llegan a la sociedad como beneficio hasta el cabo de muchos años, y en el caso de la fotografía fue un fluir en muchos de los sentidos y en todos los aspectos que hemos comentado.

¿Más allá de la necesidad de capturar la realidad o el entorno que nos rodea, se produce también la necesidad del fotógrafo de reinterpretar la realidad y volcar en ella su propio yo?

Si, pero esta es la parte que separa la fotografía como poesía de la fotografía digamos artística, de la profesional o de la que se dedica a documentar e informar, como es el fotoperiodismo. Precisamente, lo que marca la diferencia de una parte de la fotografía artística es precisamente partir del yo. Esta podría ser ya una de las definiciones que sintetiza el término de fotografía como poesía, reinterpretar desde el yo mi realidad.

¿Se construye de alguna manera un discurso identitario y artístico sobre la percepción de la realidad?

Hay artistas que interpretan a través de la fotografía, que están experimentando y cuestionando el medio artístico y el medio fotográfico, pero hay otros, los poetas, que parten de su yo íntimo, como la motivación especial y única para desarrollar el lenguaje.

¿En que apartado de la fotografía se sitúa usted?

Yo soy más bien profesor y ensayista pero la parte que más indudablemente me obligo a realizar en fotografía, puesto que soy un creador anónimo, es la que se desarrolla más sobre ese yo que se intenta transmitir a través de la realidad, Es decir, parto del yo como poeta. Admiro toda la fotografía, pero esta es la que me llega más al corazón.

¿Cómo ha sido el tránsito hasta encontrar la orientación y concepto que tiene ahora la fotografía que practica?

El ser poeta es algo que siente, no es una disciplina que se puede aprender. Enseguida notas que hay una afinidad por una parte de la fotografía y no por otra, aunque repito que la admiración está desde el profesional que hace un reportaje de bodas excelente, hasta el poeta, o el fotoperiodista que crea documentos para una historia.

Al igual que ocurre con el periodismo, ¿la democratización de la tecnología, y la sociedad de la información, han cambiado las reglas del juego?

Las nuevas tecnologías lo han cambiado para bien. Hablando de fotoperiodismo, los profesionales fueron los primeros que acogieron las nuevas tecnologías, y gracias a ellos y a esa necesidad de inmediatez constante, no solo de la toma de la fotografía, el revelado y el envío posterior, fue lo que impulsó un desarrollo tecnológico que luego acogió otros medios, otras especialidades de la fotografía.

¿La fotografía se ha contaminado, en sentido artístico, de otras disciplinas creativas, como la pintura? ¿Ha contribuido a forjar nuevos lenguajes?

Siempre habrá algún artista que mantenga la pureza de su medio, tanto desde la pintura como desde la fotografía, el videoarte, la performance o la escultura. Ahora bien, si que hay un punto de fusión, y cuando esto ocurre, lo que nos permite es reflexionar como cada medio concibe el otro, y esto enriquece. Lo que más ha influenciado a la pintura es la fotografía. Recordemos que el término artista visual aparece cuando el artista visual que venía de un origen pictórico empieza a tomar la fotografía como uno de sus medios, y la concibe como pintura, no como fotografía. Desde el momento que somos fotógrafos y vemos un pintor que la concibe como pintura, ha enriquecido el lenguajes.

Usted lleva ejerciendo la docencia en la Escuela de Fotografía desde 1987, en áreas como imagen y percepción, reportaje de actualidad, y documental y narrativa visual. ¿Qué interés percibe entre las nuevas generaciones para elegir la fotografía como medio de expresión? ¿Comparten su misma pasión?

Si, sin duda la tienen. No he notrado diferencia alguna a nivel docente. Me relaciono en el espacio académico con gente joven, y esa inquietud por tener entre sus manos un medio con el que se puedan expresar, y da igual lo que puedan expresar, creatividad, arte, información o profesionalidad, es igual. Esa ilusión no ha variado en ningún momento. En los talleres talleres varía el nivel de edad, y me he encontrado con gente mayor que yo, jubilada, y otros que cogían una cámara por primera vez. No hay edad, sobre todo cuando una persona se enfrenta ante el reto de intentar expresar algo.

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