La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista a Manuel de Santa Ana

"Dubái es una buena opción para los arquitectos e ingenieros canarios"

"Las reservas de petróleo son abundantes; hay suficiente para tirar muchos años", cuenta el ingeniero de Telecomunicaciones

Manuel de Santa Ana Barry, en la Avenida Marítima de Gran Canaria. ANDRÉS CRUZ

¿Cómo surgió esta oportunidad de trabajar en Dubái?

Yo soy ingeniero de Telecomunicaciones y me quedé sin trabajo por la crisis al cerrar la delegación de Gran Canaria de la empresa en la que trabajaba. Decidí hacer un máster relacionado con la industria petrolífera en Aberdeen, Escocia. Me fui para allá con mi furgoneta California y estuve viviendo en ella durante nueve meses, el tiempo que duró el máster. Además, me hice un curso de piloto de robots ROV (vehículo operado remotamente). Con esto hice una presentación sobre programación y control de ROV. La empresa española ACSM, que ofrece servicios de ultramar, me contrató para expandir sus negocios en Dubai, ya que el futuro de este sector implica el uso masivo de estos robots al ser más baratos y seguros que el uso de submarinista. Así que la empresa decidió que dos canarios, un ingeniero industrial y uno de Telecomunicaciones, que soy yo, fuéramos responsable de abrir el campo de negocio en Dubái. Allí hemos alquilado una nave, cumplido con los tramites administrativos y estamos licitando proyectos. Trabajamos en el cableado y con proyectos de I+D+i de robótica, a través de subvenciones europeas, para detectar minerales.

¿Qué proyectos están ejecutando en la actualidad?

Algunos están ya en marcha, otros esta pendientes de arrancar y también tenemos perspectivas de trabajo en Irán para la inspección, con estos robots, de más de un centenar de pozos petrolíferos. Ahora mismo, tenemos la instalación de cables submarinos para varias empresas de telefonía, también misiones de reparaciones y hemos construido brazos robóticos, que estamos vendiendo muy bien, al poder trabajar a una profundidad entre los 3.000 y 4.000 metros. Pero la profundidad de los fondos de Dubái rondan los 100 metros, con lo cual es más sencillo y presenta menos riesgos.

Dubái es uno de los territorios donde más dinero fluye. Es conocida por construcciones imposibles e islas artificiales. ¿Cómo está siendo su experiencia?

Está siendo positiva y negativa al mismo tiempo. Me tocó trabajar allí en verano. Empecé en julio de 2016 y con un calor que superó los 50 grados durante cuatro meses. Yo pasé por diez episodios de deshidratación. Por otro lado, Dubái no es como se vende en la tele. Es complicado vivir allí. Es una ciudad en construcción y que está saliendo de su crisis particular. Hace como dos años que ha reactivado su economía y están creciendo los alquileres. El impulso actual es evidente y cuentan con una exposición universal en 2020. También han aprobado nuevos proyectos como el del edificio más alto del mundo, casi de un kilómetro de altura y con el diseño del arquitecto español Calatrava. Este superará la torre Burj Jalifa. Se ve que hay mucha actividad y yo aconsejo a arquitectos e ingenieros canarios que tengan complicaciones laborales que prueben en Dubai. Es una buena opción. Allí hay muchas oportunidades al atravesar un nuevo boom en la construcción.

¿Boom o nueva burbuja?

Ellos acaban de salir de su burbuja. Se oye mucho eso de que abandonaban Ferrari en la calle. Es algo que ocurrió y que te cuenta la gente. Ahora explican que están atravesando un resurgimiento. Que la crisis ha quedado atrás y vuelven a apostar por nuevas inversiones. De hecho hay bastantes empresa españolas con contratos.

¿Qué oportunidades ve para el profesional canario?

Ellos demandan ingenieros y arquitectos. Allí hay poco personal cualificado y de nada que empiezas a conocer gente, te preguntan si conoces a otros ingenieros interesados. Ahora acaban de inaugurar un parque temático, pero no han podido abrir ocho de diez atracciones por falta de personal, como ingenieros de robótica, para terminar la instalación. Tienen escasez de personal cualificado.

¿Cómo se percibe desde Dubái la crisis del petróleo? ¿Se entiende como un producto finito?

La crisis actual no se mueve tanto por las reservas sino por el costes del petróleo, por las complicaciones geográficas y un exceso de producción. Hay mucha oferta y el precio está subiendo, después de llegar a los veintipico dólares el barril. Pasó de 110 dólares a un nivel mínimo. Allí un barril ronda los seis dólares y siempre tienen beneficios. Mientras, el coste en el mar del Norte o en Nigeria supera los 60 dólares. La estimación de este año es que pueda llegar a los 65, con lo que los mercados empiezan a recuperarse. Pero es verdad que hubo una burbuja y los precios se desorbitaron. Y en el tema de la reserva, tengo entendido que hay suficiente petróleo todavía como para tirar muchos años. Eso sí, la alternativa debe avanzar en paralelo porque un avión no puede volar con renovables y seguimos necesitando la energía fósil para muchos servicios. Pero vamos, estoy totalmente de acuerdo en el desarrollo de alternativas energéticas como los coches eléctricos.

¿Qué servicios se pueden instalar en el Puerto de Las Palmas vinculados con los ROV?

Muchas. Para casos de emergencias es importantísimo. También para el mantenimiento al ser más económico en las inspecciones de los cascos de barcos y plataformas. Se estudia por vídeo y se puede, incluso, analizar el metal. Yo estoy a favor de la apuesta por los servicios offshore para empresas que operan en ultramar. Canarias es un punto estratégico y Nigeria es un territorio complicado para trabajar. Por eso, muchas empresas prefieren instalarse en las Islas al tener un territorio de garantías y próxima. Es más seguro y tenemos un puerto que ofrece todos los servicios. Nuestra empresa quiere ampliar el negocio para ofrecer servicios de telecomunicaciones offshore, ya que al final una plataforma es una pequeña ciudad con helipuerto y utiliza muchos sistemas de los aeropuertos.

¿Queda mucho campo por explorar en este sentido?

Sí. Muchísimo. Llevamos solo seis o siete años viendo plataformas aquí y solo por estar atracadas ya aportan un capital al Puerto. Además, genera una industria de reparaciones que antes no existía. Sin duda alguna genera trabajo, aunque hace falta insistir en la formación especializada. Nosotros queremos ofrecer a la Universidad un máster sobre la industria petrolífera, con varios temas para preparar a profesionales canarios. Es una titulación que exigen casi todas las empresas de este sector.

¿Considera interesante continuar con la exploración de reservas petrolíferas próximas a Canarias, como planteó Repsol?

Desde luego que una catástrofe ecológica puede generar muchos problemas en las Islas, pero las medidas de calidad, control y seguridad de una plataforma son extremas, según he comprobado. Europa exige un control absoluto. Por eso, creo que es una industria segura y si llega a haber petróleo yo hubiera estado a favor de su extracción; evidentemente. También estoy a favor de reducir la contaminación y los efectos del calentamiento global, que son evidentes, pero nos encontramos en un punto intermedio. No podemos pasar de la energía fósil a la renovable por arte de magia. El objetivo final debe ser lo renovable, pero estamos en un proceso en el que ambas tienen que convivir antes de que la energía fósil se sustituya por completo. Además, Canarias es un punto estratégico para el desarrollo de las renovables. Está claro.

¿Pierde uno el valor real del dinero con tanto lujo en Dubái?

Puede ser, pero la mayoría de la gente que conoces allí está alejada de los grandes lujos. Una cerveza te puede salir por 14 euros y un sueldo para vivir normal deben ser de 6.000 euros. Pero claro, los que ganan mucho dinero, que son los emiratíes, van con sus cochazos. Ellos sí han perdido el valor del dinero. Hay mucho derroche. Incluso ves un punto de esclavitud por las condiciones laborales de los trabajadores hindúes y paquistaníes, sobre todo en la construcción.

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