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El Teide, más vigilado que nunca

Los investigadores controlan el volcán con casi medio centenar de estaciones de medición

El Teide, más vigilado que nunca

Tenerife ha desplegado la mayor red de vigilancia volcánica de la historia en el Teide. Son muchos los ojos, sobre todo de investigadores y científicos, que supervisan y controlan cada una de las señales que el casi medio centenar de estaciones de medición emite cada día. Se trata de dispositivos instalados tanto por el Instituto Geográfico Nacional (IGN) como el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), que buscan indicadores de cualquier tipo para detectar con antelación si el volcán entra en erupción.

Nada parece indicar que pueda ser así, al menos no de forma inminente. Pero todo puede suceder y la incertidumbre acompaña siempre a ciencias como la sismología o la volcanología. Ocurre lo mismo que con la meteorología. Son ciencias que se encargan de predecir qué puede ocurrir pero con una herramientas que, pese a contar con todos los avances posibles, trabajas sobre valores inciertos y, sobre todo, impredecibles. Sin embargo, a pesar de cualquier duda que pueda presentarse a la hora de realizar las mediciones, Tenerife es una isla volcánica, como el resto del Archipiélago, y su naturaleza se traduce en que cualquier indicio tiene que ser estudiado de forma minuciosa.

La última crisis sísmica importante en la isla de Tenerife se produjo durante el año 2004. Científicos del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) confirmaron que esta crisis sismovolcánica estuvo precedida por una inyección de fluidos magmáticos en el cráter del Teide que pudo provocar una erupción. Entre abril y mayo del año 2014 se registraron centenares de pequeños seísmos.

Algo muy similar ocurrió en octubre del año pasado, mes en el que se contabilizaron 96 terremotos en los alrededores del Parque Nacional del Teide. Dada su cantidad, se les denominó incluso enjambre de seísmos. El Instituto Geográfico Nacional (IGN) asumió que el origen de los seísmos de baja intensidad fue de tipo volcánico, una conclusión que se había descartado en un principio por parte de las instituciones implicadas en valorar su gravedad.

En ese momento, la directora del IGN en Canarias, María José Blanco, mandó un mensaje de tranquilidad a la población junto con el Gobierno de Canarias al asegurar que cualquier reactivación del Teide estaba en esos momentos descartada. Ninguno de estos microseísmos superó los 1,5 de magnitud, de ahí que la población no los sintiera.

El pasado 6 de enero se produjo un nuevo terremoto en la zona. De magnitud 3 y en la misma vertical de la montaña. A pesar de la rareza de su localización, que propició que una vez más todas las alarmas se encendieran, el resto de parámetros que se analizaron por parte del IGN no indicaron que hubiera una anomalía de consideración precursora de una erupción.

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