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Educación

Apagan fuegos y encienden vocaciones

La ULPGC finaliza el taller de robótica 'Ciberlandia' con una simulación de control y extinción de incendios

La tecnología robótica apaga fuegos y enciende vocaciones. Así concluyó ayer la quinta edición de Ciberlandia, el proyecto de innovación educativa que desarrolla el Instituto Universitario de Ciencias y Tecnologías Cibernéticas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria a lo largo del curso en colegios e institutos, con el fin de introducir el gusanillo de la tecnología informática y de Telecomunicaciones a los alumnos de Primaria y Secundaria. Los talleres celebrados este año han tenido como eje central la conservación del medio ambiente y la extinción de incendios.

El proyecto, que comenzó hace cinco años con 200 alumnos de seis centros, ha culminado en 2017 con la participación de 1.300 estudiantes de 46 centros de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote.

Ciberlandia celebró ayer la gran final en el Paraninfo de la ULPGC, con la simulación de un gran incendio y el reto de controlarlo y extinguirlo con la tecnología robótica y TIC diseñada por los estudiantes de Primaria y Secundaria. "Cada año intentamos renovar con nuevos retos, y en esta ocasión decidimos que la temática fuera algo que, por desgracia ahora está de actualidad, como son los incendios y la conservación del medio natural", indicó Alexis Quesada, director del Iuctc e impulsor de esta iniciativa.

Construyeron como escenario del reto un gran panel tecnológico de seis metros cuadrados y 1.152 ledes, a través del cual se ha simulado el comportamiento de un incendio en tiempo real, incorporando áreas de vegetación de distintos tipos, núcleos urbanos, variables en cuanto a viento, humedad..., así como determinados puntos en los que las unidades robóticas diseñadas por el alumnado cargaban el agua para apagar el incendio. "El reto consiste en que los chicos logren el control de la situación de forma que el fuego no llegue al poblado y que se queme la menor masa forestal posible". Divididos en grupos, a los alumnos de Primaria les correspondía la responsabilidad de establecer los cortafuegos mientras que los de Secundaria se encargaron del control y extinción del incendio. Todos cumplieron con su cometido y la misión culminó con éxito.

Precisamente una de las novedades de este año ha sido la de fomentar el trabajo en equipo, la necesidad de coordinarse y colaborar entre ellos. Por eso, las grupos que llegaron a la final estaban integrados por alumnos de diferentes centros, de forma que no hubo un equipo ganador, todos los centros ganaron. "Aquí de lo que se trata es de que los chicos aprendan y colaboren para resolver juntos el reto. Para ello hemos diseñado un escenario de aprendizaje auténtico, de aprendizaje significativo, donde ellos sean conscientes de como en la vida real diferentes unidades tienen que intervenir de forma colaborativa, como es el caso del consorcio de emergencias, las ambulancias, la población, los sanitarios...", indicó Eduardo Martín, investigador del Iuctc y uno de los profesores de Ciberlandia.

Martín destacó que para resolver el reto, los chicos tuvieron que diseñar y programar unidades robóticas. Los de Secundaria trabajaron con unidades omnidireccionales provistas de la capacidad WiFi, y todas integradas en la misma red. Dichas unidades se comunicaban con un centro coordinador que representaba al Cecopin (Centro Coordinador de Incendios de Gran Canaria), desde donde se autorizaba o no determinadas operaciones de carga, de descarga... "Lo relevante de esta actividad ha sido la parte colaborativa, tanto a nivel interno de cada chico y chica que trabaja en su propia brigada, como entre los diferentes grupos".

Para todos los alumnos ha sido una gran experiencia, y en muchos casos incluso ha servido para plantearse estudiar una carrera relacionada con el ámbito tecnológico. Es el caso de Paula Rodríguez, de 4º de la ESO del IES Mesa y López.

"No sólo me ha gustado mucho sino que me está aclarando las cosas porque me gusta la robótica y a lo mejor hago algo relacionado con ella", y confiesa que "lo más difícil ha sido la programación porque es un programa un poco avanzado, pero lo que más me ha gustado es la experiencia de conocer a gente de otros institutos y colaborar con ellos en el proyecto".

Para Juan Hernández, estudiante de 1º de Bachillerato del IES Santa Brígida, Ciberlandia ha sido una " buena oportunidad para acercarnos a este mundo que es la informática y despertar nuevos intereses" y admite que "antes de participar en esta iniciativa quería estudiar algo relacionado con el deporte pero ahora estoy dudando si meterme en Ingeniería Informática o de Telecomunicación".

Para Daniela Santana, de 6º de Primaria del Colegio José Manuel Illera de la Mora, en La Atalaya de Santa Brígida ha sido una experiencia inolvidable, "porque además de aprender cosas sobre robots y ayudar a que no se extienda el fuego por Gran Canaria, he hecho amigos y eso es lo que más me ha gustado. No ha sido difícil porque los profesores nos han explicado de maravilla desde el primer momento y se entiende lo suficientemente bien como para saber lo que hay que hacer", e indicó que aunque de momento su vocación se inclina hacia el ámbito de la Biología, "ha sido una maravilla ver que con la tecnología puedes hacer ya prácticamente todo".

Victoria Peter, de 6º de Primaria del CEIP Mesa y López, también valoró positivamente su participación. "Es muy divertido, te enseña como controlar los dispositivos electrónicos y te ayuda a trabajar en equipo, al principio parecía un poco difícil, pero nada es imposible".

Como todos los grupos son ganadores, este año ha habido un único trofeo, un puzle de Gran Canaria del que cada centro obtiene una pieza, "así cada uno se lleva un pedacito de Ciberlandia".

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