De la biología a la literatura infantil, ¿cuál es la razón de esta metamorfosis?
Bueno, no sucedió de un día para otro, y también es de justicia decir que el escritor estaba antes que el biólogo, aunque nunca pensé que me pudiera dedicar a esto profesionalmente. Era un hobby, una bonita forma de perder el tiempo. Pero la vida siempre sorprende, y cuando una afición -o una pasión, como es el caso- se convierte también en tu profesión, no puedes más que sentirte enormemente agradecido.
Los niños son el público más exigente, ¿cómo consigue seguir sorprendiendo y atrapando en la lectura a los pequeños?
Pues la verdad es que no lo sé. No tengo escrita una receta para seguir a pies juntillas. Supongo que es importante tomarlos en serio, como a cualquier otro público, y sobre todo llamar su atención de alguna manera, para que el libro no se les caiga de las manos? Y creo que el humor es mi as en la manga.
Nació en Argamasilla de Alba, como Don Quijote, ¿cree que esto le ha influido en su capacidad creativa?
[Risas]. Bueno, la tradición cervantina no sé si ha tenido algo que ver, pero la biblioteca pública municipal de Argamasilla desde luego que sí. La mayoría de los libros que leí de pequeño eran de esta biblioteca, ubicada muy cerquita de mi casa. Y quiero pensar que esas historias fueron las que hicieron que algo se despertara en mi cabeza. No me refiero solo al gusto por la lectura, sino al amor por las historias infantiles. Quizás por eso soy un adicto a las bibliotecas.
Este año ha recibido el Premio Barco de Vapor por su obra Cómo arreglar un libro mojado , ¿es, de todas sus novelas, a la que más cariño le tiene?
En todos mis libros pongo el mismo cariño, sea cual sea la franja de edad a la que va dirigido y el número de páginas que tenga. En todos ellos pongo todo mi empeño e intento hacerlos lo mejor que sé. De hecho, los libros son igual que los hijos. Y, porque uno de ellos tenga más éxito en la vida, no se le tiene por qué tener más cariño. Suele ser más bien al contrario?
En el libro premiado aborda el tema del maltrato. ¿Qué le llevó a escribir sobre este hecho?
El tema del maltrato no estaba programado, y surgió exactamente cuando aparece en el libro, es decir, cuando Víctor comienza a leer el diario. Daba juego porque en esta parte hay una doble lectura interesante, donde el lector se pone en un lugar que luego no es tal, pero que hace a los niños plantearse esa terrible situación. Y, es algo que lamentablemente existe y que -entre todos- tenemos que erradicar.
¿En qué proyectos está trabajando actualmente?
Esta semana me acaban de llegar a casa los ejemplares de una nueva colección con Edebé. Se titula La Granja y está ilustrada por Gallego Bros. Y también, esta misma semana he terminado otra novela infantil, así que podríamos decir que ahora mismo estoy en un momento de descanso. O sea, leyendo y organizando la agenda para los encuentros con lectores del nuevo curso; porque son dos cosas que hacemos los escritores que me encantan: leer mucho, y visitar colegios y bibliotecas.
