La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

"En España hay riqueza, el problema es que no se quiere redistribuir"

Martina Liebesch, directora de política internacional y promoción de incidencia de Cáritas Internacional cree que el drama de las migraciones es una realidad

Martina Liebesch en el Centro Loyola. JUAN CASTRO

A día de hoy, ¿cómo percibe en datos globales la realidad de las migraciones?

Pues hablamos de 244 millones de personas globalmente, incluyendo a los refugiados y a los migrantes. Un 7% del cómputo lo abarcan estos últimos, es decir, 21.6 millones de personas, el 3% de la población mundial. En cuanto a esta realidad, hacemos mucha referencia todos a la palabra crisis, pero hay que redimensionarla, es decir, aclarar que una gran parte de los migrantes viven en países en vías de desarrollo. Por ejemplo, en África la gente migra, sobre todo, dentro del continente. Las personas de países al sur migran más en este área que hacia el norte a países más desarrollados. Por otro lado, otro dato a destacar es que a partir 2015, aumentaron mucho los menores que pedían asilo, uno de cada tres, y muchos viajaban solos.

Desde su observatorio en Cáritas, ¿es previsible y a qué fecha, una solución razonable de este drama?

No sé si lo llamaría observatorio. Contamos con un secretariado de cooperación donde trabajamos los temas de emergencia, entre otros, la migración. En este sentido, se espera que en 2018 se adopten dos pactos globales que puedan encaminar a una solución para una migración gobernada de forma justa y que no cueste la vida a tanta gente. Se trata dos de documentos de las Naciones Unidas no vinculantes para los distintos países; sin embargo se espera que quienes los adopten los transfieran en políticas concretas. El primero pretende una migración segura, legal y organizada. El segundo tiene por objeto encontrar mecanismos para el reparto de responsabilidad en la acogida y protección de los refugiados. Obviamente será un primer paso, todavía no existen políticas para muchas áreas.

¿Qué diferencia ética y política hay entre migrantes y refugiados?

Los refugiados son personas que huyen de la guerra y la violencia. La mayoría de Estados tienen la obligación de acogerlos y protegerlos al haber formado parte como miembros de la Convención de Ginebra. En nuestro caso, para Cáritas lo importante es el ser humano, independientemente de tratarse de refugiados o migrantes. El Papa Francisco opina lo mismo. Muchos de los migrantes viajan por temas económicos, muchos son forzosos, tanto por falta de empleo como por problemas de cambio climático, etc... Pienso que las sociedades ricas tenemos la obligación de acoger a toda esta gente que llega con necesidades y de ayudar a los que quieran regresar a sus casas.

El mundo desarrollado, ¿jerarquiza la atención entre ambas clases?

Creo que se tiende a enfrentar a los dos grupos, como por ejemplo con el lema: "Refugiados sí, migrantes no". En Cáritas los hemos tratado bajo el mismo concepto ético, aunque es evidente que hay una diferencia de estatus jurídico. Nosotros no queremos esa distinción entre que los refugiados sean merecedores de acogida, mientras que los migrantes no.

Hubo momentos de aparente apertura en los países de destino, pero los atentados yihadistas han puesto en guardia a los más receptivos?

Mi país Alemania, por ejemplo, ha demostrado una gran apertura y liderazgo. Siempre se intentado mantener un diálogo moderado y no generalizar. Al respecto es, sin duda, una argumentación peligrosa referirse a todos como potenciales terroristas. No nos estaríamos fijando entonces en las personas con sus necesidades. Por otra parte, podemos observar un fuerte movimiento de los partidos de la derecha. Con ellos, lo que hay que hacer es dialogar para evitar cerrar las puertas y los corazones y respetar los derechos y responsabilidades de las personas que acogemos para que no vivan al margen sin poder integrarse. No queremos desperdiciar potencialidades que no nos podemos permitir tampoco .

Otro problema es la reacción negativa de las sociedades avanzadas a asimilar altas tasas de población migrante. ¿Qué es una alta tasa de población migrante?

Hablamos de un concepto muy general. En realidad, las tasas en los países avanzados son bajas. En los medios y otros canales, no obstante, lo que se genera es miedo, alarma e incertidumbre mediante mensajes como "nos invaden" o "van a colonizar nuestra cultura". Los mayores países de acogida se encuentran en Oriente Medio, Turquía entre otros.

El brexit británico y el reciente éxito electoral de la ultraderecha alemana están muy relacionados con el recelo popular ante una inmigración que amenaza su nivel de vida?

Mucha gente ha entendido, por estar mal informada, que el brexit era contra los migrantes. Por otra parte, la ultraderecha alemana, seguramente, representa una manifestación de ese rechazo, pero también un voto popular de protesta al partido en el poder por prestar mucha atención a los refugiados y poca a la población autóctona, entre otros aspectos.

Las "cuotas" de recepción pactadas por los miembros de la Unión Europea no han sido respetadas por ninguno. ¿Eran utópicas o provocan demasiado rechazo interior?

No me parece una cuota muy alta en relación a la división que tienen que realizar los veintiocho países ricos. Malta ha cumplido totalmente y Finlandia al 92%. El problema ha sido una falta absoluta de voluntad política para cumplir el acuerdo en la mayoría de los Estados, múltiples barreras burocráticas para que los refugiados consiguieran llegar y entrar en la Unión Europea.

Un país con muy altas tasas de desempleo, como España, ¿debe repartir el escaso trabajo que hay entre nacionales, refugiados y migrantes?

Creo que la pregunta está mal planteada. Yo diría: ¿Debe un país repartir sus riquezas entre las personas más empobrecidas, ya sean nacionales, refugiados o migrantes? En España hay abundancia, el problemas es que no se quiere redistribuir.

Los problemas de integración educativa, religiosa o social, también influyen en la convivencia en los países receptores. ¿Hay solución?

Sí, siempre que existan políticas que favorezcan la integración, el acceso a la educación o la libertad religiosa y que se evite construir "guetos". Con esto me refiero a que durante un tiempo hubo la tendencia de llevar a los migrantes a los lugares desfavorecidos del territorio. Depende de las distintas comunidades la voluntad de acogida y para ello precisan de un espíritu de acogida, hospitalidad y diálogo. En este sentido, Cáritas acaba de estar haciendo una campaña en la Plaza de San Pedro con el Papa presente que se llama Compartiendo el Viaje.

La ONU tiene en Acnur una agencia especial para los refugiados, pero no para los migrantes en general. ¿Por qué?

Sí la tiene desde el año pasado, la Organización Internacional de la Migración (OIM), que anteriormente era un organismo intergubernamental.

¿Qué está haciendo Cáritas frente a estos problemas y hasta qué punto puede aliviar las reticencias de los distintos Gobiernos?

Por un lado, estamos lanzando la campaña que he comentado más arriba, Compartiendo el Viaje, y esperando a que muchas personas se sumen para poder aumentar el diálogo desde las comunidades interesadas y con las parroquias, así como aprender de los extranjeros o migrantes y viceversa. Por otra parte, trabajamos la incidencia política, es decir, que intentamos dialogar con los Gobiernos para lograr cambios en las políticas públicas sobre la migración.

Compartir el artículo

stats