La inspección educativa del Archipiélago contará desde este curso con un nuevo modelo para la supervisión de los centros canarios, un sistema con el que se refuerza el cometido de acompañamiento pedagógico de los inspectores y su papel como personal técnico cualificado e independiente. El objetivo del nuevo protocolo de trabajo es garantizar que el cuerpo de Inspección pueda desarrollar su labor de acompañamiento pedagógico del profesorado, aportando orientación sobre metodología y registrando buenas prácticas educativas, entre otras funciones.

El viceconsejero canario de Educación y Universidades, David Pérez-Dionis, presentó ayer, en el acto de inauguración de la Jornada de trabajo sobre supervisión educativa a la que asistieron todos los inspectores de Canarias, las principales líneas de actuación del nuevo modelo: observación del trabajo en el aula para contribuir a la mejora de la práctica docente, supervisión de centros orientada hacia la revisión de aspectos relacionados con la gestión administrativa y detección de buenas prácticas.

"Es de principal interés asignar a la Inspección la detección de las buenas prácticas docentes", destacó el viceconsejero durante su intervención en las jornadas: "no solo nos permitirá reconocer a los docentes que las llevan a cabo, sino que a través de los propios inspectores e inspectoras podremos difundirlas a otros profesores como solución a determinadas necesidades pedagógicas en los centros educativos".

Pérez-Dionis recordó, además, que la detección de buenas prácticas "responde precisamente a una de las líneas estratégicas que contiene el Plan de Reconocimiento Profesional y Social del Profesorado impulsado por la Consejería", un paquete de medidas que tiene como objetivo "devolver el valor central de los docentes en el sistema educativo y reforzar su figura, tanto en el ámbito laboral como en la sociedad en su conjunto", señaló.