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Patrimonio

Julio Caujapé: "Trabajar en el Jardín Canario es como ser alcalde de una gran ciudad"

"La historia geológica de las Islas ha influido de forma dinámica en la diversidad genética de la flora canaria", expone el director del Jardín Botánico Canario

Juli Caujapé en el Jardín Canario. QUIQUE CURBELO

¿Es posible resumir en una conferencia el estudio de la flora canaria desde el Mioceno hasta la actualidad, llamada Antropoceno?

Pues probablemente no. El título pretende informar al público sobre los temas de la conferencia que tienen un cariz de divulgación científica y no de todos los eventos que han ocurrido durante esos años. Ninguno estábamos aquí. Por eso es imposible abarcar toda la flora que hubo en las Islas. Utilizamos evidencias indirectas de varias disciplinas para inferir la posible historia de la flora insular desde el origen de las primeras islas hace unos 21 millones de años hasta la actualidad. Empleando esos conocimientos podemos también proyectar la posible evolución futura de la flora endémica teniendo en cuenta los factores que la amenazan cada vez más.

Volcanes, plantas, genes y herbívoros forman parte de su estudio de la diversidad en nuestras Islas. Complejísimo repertorio, ¿no cree?

Sí, es complejo, pero es que la realidad es muy compleja. Ya nos lo han hecho saber filósofos insignes pasando por Platón hasta Schopenhauer quien dijo que "la naturaleza es una trampa de la realidad para engañar a nuestros sentidos". El título de la conferencia sólo pretende reflejar la multitud de factores que interactuaron a lo largo de millones de años hasta la actualidad para generar la flora endémica de hoy en día.

Si tuviera que resumir esa realidad en tres conclusiones fundamentales, ¿cuáles serían?

En primer lugar, quiero destacar que la historia geológica de las Islas ha influido de forma determinante y muy dinámica en la diversidad genética de prácticamente todos los elementos que integran hoy la flora canaria. En segundo lugar, según la hipótesis que manejamos, gran parte del conocimiento establecido sobre evolución vegetal en las Islas debe ser revisado y ya lo estamos haciendo a través de nuestras colaboraciones con grupos de investigación de otros archipiélagos oceánicos del planeta. En tercer lugar, el futuro de todos los beneficios que nos proporciona hoy la biodiversidad depende de que la sociedad internalice su extraordinario valor. La mayoría de los bienes de consumo que sustentan nuestro bienestar dependen de la conservación adecuada de la biodiversidad y no pueden ser sintetizados en ningún laboratorio.

Y su diagnóstico sobre el presente y el futuro del Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo , ¿sería optimista o preocupante?

Siempre optimista. Al igual que la flora, el Jardín es una institución dinámica y cambiante. Últimamente estamos acometiendo importantes mejoras de infraestructuras que funcionan dentro del amplio proyecto multidisciplinar que denominamos El Jardín del Conocimiento.

¿Qué pediría a las instituciones implicadas para garantizar las líneas de investigación en marcha y en proyecto?

En primer lugar, que las políticas de recursos humanos para este tipo de puestos que requieran tanta formación tuvieran en cuenta la especialización en lugar de las titulaciones generalistas. En segundo lugar, que todas las instituciones implicadas entendieran que el Jardín es un centro que engloba muchas líneas de actuación, desde las más especializadas, como por ejemplo, la científica, hasta las que implican la atención y la interacción con nuestro diverso público visitante, por ejemplo: mantenimiento, conservación y exhibición de la flora canaria, educación ambiental o divulgación científica.

El índice de visitas diarias ¿crece, decrece o permanece estable?

Estamos detectando un notable crecimiento que sin duda tiene mucha relación con nuestra estrategia de comunicación utilizando todos los canales y herramientas que ofrece la actual sociedad de la información.

Al margen de las visitas, ¿cómo es el día a día del trabajo de los especialistas en el Jardín?

El día a día es muy intenso. Trabajar en el Jardín es como ser alcalde de una gran ciudad donde cada habitante hablara una lengua diferente y tuviera necesidades específicas.

Desde su incorporación al Jardín en 1999 hasta hoy, ¿cuáles son los trabajos más destacados?

A nivel científico, la concesión de un proyecto de excelencia del Programa Ramón y Cajal fue sin duda un punto de inflexión que dio pié a numerosos proyectos financiados por el Plan Nacional de I+D+i, por la Unión Europea y la colaboración con investigadores de otros archipiélagos del mundo que comparten con nosotros problemas de conservación de la flora. En ese contexto, la investigación multidisciplinar que desarrolla el Jardín ha proporcionado inspiración para ayudar a solucionar dichos problemas a través de nuestras publicaciones en revistas científicas de elevado impacto internacional.

¿Prosiguen en cantidad y calidad aportaciones tan significativas como las de Kunkel o Bramwell?

Sí, por supuesto. No hay que olvidar que el Jardín es heredero de las aportaciones de grandes equipos de biólogos, personal técnico, administrativo y jardineros que lo convirtieron en el ejemplo que hoy es. Los trabajadores actuales ayudamos a engrandecer la reputación del Jardín cada cual a través de su área de especialización.

Desde 2010 hasta hoy, ¿qué ha significado el Jardín como Unidad Asociada del Consejo Superior de Investigaciones Científicas?

En primer lugar, el reconocimiento oficial por parte del máximo órgano de investigación del Estado Español de la dimensión investigadora del Jardín que ya había sido acentuada por Sventenius desde los años 50 del pasado siglo. Aparte de este reconocimiento, estamos colaborando cada vez más con algunos de los grupos de excelencia más destacados del CSIC, lo cual nos permite aspirar a una calidad todavía mayor de nuestras aportaciones al conocimiento y conservación de las flores insulares del planeta.

Y desde 2013, en que fue constituido, hasta hoy, ¿cuál es el balance del comité científico de la reserva de la biosfera de Gran Canaria?

El comité científico ha servido para poner en valor el inmenso patrimonio natural y cultural que concentra un espacio proporcionalmente tan pequeño como la reserva de la biosfera de Gran Canaria. Sin embargo, sería deseable que los miembros de este comité nos reuniéramos con mayor frecuencia para materializar muchas de las propuestas que hay sobre la mesa.

En términos ideales, ¿qué pediría para la consolidación, la expansión y el prestigio exterior del Jardín?

En primer lugar, reiterando lo de antes, que se enfatizara la especialización en cada puesto necesario. En segundo lugar, que las convocatorias para esos puestos fueran más abiertas. En tercer lugar, que se potenciara mucho más la estrategia de comunicación acerca de las múltiples funciones que desarrolla el centro porque, a pesar de los esfuerzos e indicadores que todo el personal contribuye a generar, todavía gran parte de la sociedad no percibe muchas de esas dimensiones de actuación y confunden al Jardín Botánico con un parque de recreo. Aunque el Jardín también tiene esa faceta no es para mí la más importante y hay que poner en valor y explicar la incansable labor de todo nuestro personal para conservar la flora endémica, un tesoro muy amenazado.

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