Existe un lugar en el mundo, una esquina bella, exuberante y calurosa, donde los niños y las niñas crecen aprendiendo a hacer masajes con la misma naturalidad con la que aquí juguetean con los cabosos en los charcos. Un país donde la sonrisa de sus gentes es el símbolo nacional y que se ha convertido en una referencia de turismo de lujo y relajación. Ese lugar es Tailandia. Allí, en una población al sur, Trang, nació Amornrat Saythongthae. Ella es la perfecta embajadora en Canarias del masaje tailandés, una técnica milenaria para la mejora física y mental.
Ahora es posible conseguir un billete con destino al relax. El masaje tailandés emerge como una burbuja de calma en el bullicio del área de embarque del aeropuerto de Gran Canaria tras la apertura el pasado 13 de junio del Sri Siam Express Massage, impulsado por Amornrat y dos socios canarios. Es el primer centro de estas características centrado en mitigar los síndromes de la clase turista y, en general, en proporcionar una travesía más placentera gracias a esta singular escala previa.
"Una de las razones por las que hago este trabajo es para que todo el mundo conozca los beneficios del verdadero masaje tailandés, que no tiene nada que ver con algo erótico como mucha gente cree", recalca Amornrat. Esta mujer de hablar pausado y sonrisa casi perenne estudió en la Wat Po Traditional Medical School de Bangkok y se formó profesionalmente en uno de los templos del Thai Massage, la cadena Banyan Tree Resorts, que acumula insignias que lo certifican como el mejor spa del planeta. Es ella la que se encarga personalmente de formar al personal del Sri Siam siguiendo estos rigurosos criterios.
El Sri Siam no aterriza del cielo como de la nada. Este novedoso proyecto es consecuencia de la apertura en 2012 de Siam Las Palmas, propiedad de Amornrat, que ha logrado que sea una referencia del masaje tailandés en Gran Canaria.
La historia cuenta que el fundador del masaje y la medicina Thai fue Shivago Komarpaj (Jivaka Komarabhacca), quien según el Canon budista Pali también ejerció como médico del Buda hace 2.500 años, mucho antes de que nadie soñara con aviones y aeropuertos. n
