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Mercuanálisis

"¡Alessandro, cómo me gustas!"

"Nadie conocía a Alessandro Michele. Era un auténtico desconocido y apasionado de lo retro, e inesperadamente obtuvo un rotundo éxito desde sus comienzos hasta la actualidad" en la mítica firma italiana "fundada por el señor Guccio Gucci"

Modelo, víctima de la moda y agitador estilístico.

Wow, wow, wow... O mejor lo digo con la G de Gucci. ¡GUAUUUU! Y no soy ningún perro. Pero sin lugar a dudas debo decir que no me gustaba tanto una firma desde que John Galliano fuese el director artístico de Dior. Eran efectos de emociones distintos aunque igual de gratificantes. Porque obviamente no comparo estas dos marcas, que son el blanco y el negro, aunque esta firma destaque por la variedad de colores y su elegante forma de mezclarlos.

Bueno, empecemos por el principio, por el siglo pasado, cuando el señor Guccio Gucci empezó como muchos otros artistas en una pequeña tienda en Florencia a vender artículos de piel para las pijas de 1900. Sobre todo vendía artículos de equitación. Empezó a destacar con el diseño de accesorios ideales para el transporte del equipaje, como Vuitton. Digamos que los Gucci en Italia se hicieron tan famosos como LV en Francia. Más adelante, en la época de los cincuenta y sesenta del siglo XX, la jet set y el star system de Hollywood enloquecían con la G de Gucci, lo que ayudó a la marca a convertirse en nuevo símbolo mundial del lujo.

Muchos dicen que lo de Gucci es una historia digna de llevar a la gran pantalla: leí mucho sobre ello para realmente explicaros por qué dicen tal cosa. Y lo único que encontré fue disputas familiares, celos, envidias entre hermanos (hijos del creador Guccio), muertes sospechosas y venta de la multinacional.

En los años 80 fue vendido y cayó en declive. Todo el mundo se olvidó de la firma hasta que llegó el maravilloso y joven Tom Ford. Este caballero que acabo de citar es el diseñador con más estilo que se encontrará jamás. Su primera colección en el 95 fue inspirada en la discoteca Studio54, en los años 60 neoyorquinos. Fascinante. ¿Cuál era su propósito? Una mujer sexy.

Madonna fue de las primeras en aliarse con la marca, en lucir sus prendas en grandes eventos y en gritar a los cuatro vientos quién había diseñado esas prendas con gran contenido sexual. "¡Gucci!", gritó la cantante en una famosa entrega de premios.

Tom duró muchos años en la compañía y la hizo absolutamente fabulosa e internacional, y en 2004 decidió irse, que fue cuando entra Frida Gianini. Me gustaron mucho sus comienzos. Me gustaba la mezcla de estilo y color y sobre todos sus campañas, pero se relajó y duró en la firma más de lo que se merecía, aunque la compañía la despidió con mucho cariño y felicitándola por todo lo que había ofrecido a la casa en esos años.

Alessandro Michele era la mano derecha de Frida, y justo el año que ella se despidió, él salto a saludar en la presentación de la colección de caballero 2015. Nadie lo conocía. Era un autentico desconocido y apasionado de lo retro, e inesperadamente obtiene un rotundo éxito desde su comienzo hasta ahora.

¡¡Ay Alessandro!! Cómo me gusta todo lo que haces; qué manera tan perfecta de combinar; qué sutileza a la hora de efectuar semejantes combinaciones. Debo decir que hacía ya mucho tiempo que detestaba llevar camisetas de firma con los logos bien grandes. Me parecía ridículo: un quiero y no puedo. Pero de repente me vuelve a apasionar (si no, mirar el fabuloso collage que me ha hecho mi artista íntimo #davidfebo )

Michele llevaba 12 años en Gucci antes de ser nombrado director creativo. Primero trabajó bajo las órdenes de Tom Ford y después con su sucesora, Frida Giannini, a quien reemplazó en enero. "Nunca he querido ser director creativo", asegura. "Siento un gran respeto por mi vida y este oficio se puede convertir en tu vida", añadió.

En los dos últimos años, el diseñador se fue desilusionando con su trabajo. Aunque la visión centrada en el sexo que Ford erigió durante su reinado, que logró que una empresa prácticamente arruinada se convirtiera en el gigante que es hoy, Michele sentía que Gucci se había convertido en una marca que intentaba atraer a un consumidor que ya no existía. "Amo esta empresa igual que amo mi casa. Pero cuando comprendes que no puedes avanzar, tienes que irte".

Y ocurrió el milagro: Lo nombraron director creativo de la marca y Alessandro Michele ha convertido a Gucci en una nueva religión de la que soy devota.

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