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Ziggy cogió la guitarra

The Birkins reinterpreta 'The Rise and Fall of Ziggy Stardust and The Spiders from Mars' en el teatro Guiniguada

Imagen promocional del grupo grancanario The Birkins. NOEMI TEJERA

The Birkins frente a The Spiders from Mars, la banda que acompañó a Ziggy Stardust, el personaje, artista de ficción, en el que se proyectó David Bowie, y que dió título a "una obra maestra, un clásico de la historia de la música", en palabras de Alby Ramírez, guitarrista de la banda grancanaria. The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972) es el quinto disco que firmó David Bowie (1947-2016), y cuyo repertorio se asoma a otro universo, el deThe Birkins, que hoy viernes lo amplifica con todos los honores en el Teatro Guiniguada.

Nada es gratuito en este homenaje al autor de Starman, al igual que todos y cada uno de los pasos que diera el artista londinense de nombre David Robert Jones. No es un concierto de versiones el que se asoma al Guiniguada. Que nadie se lleve a engaño, porque como bien puntualiza Alby Ramírez, "The Birkins no es un grupo de versiones, y tampoco éste es un concierto de The Birkins, ya que nos enfrentamos a Bowie como si lo hiciéramos con nuestro repertorio". Junto a Dani Machín (voz y guitarras), Cris Santana (voz y percusión), Coré Ruiz (guitarra y efectos) y Sergio Miró (batería y coros), y el apoyo de Rafa Daza (bajo), César Martel (trompeta) y Elio Moreno (saxo), el grupo se desdobla para presentar, en una primera parte, temas de su tercer largo Souvenirs (El Genio Equivocado, 2015) en unos 40 minutos de directo, y tras una pausa, viajar hasta el planeta rojo y glosar, con el repertorio al completo, el ascenso y caída de Ziggy.

Uno tras otro y en la misma secuencia, sonarán en modo Birkins, Five Years, Soul Love, Moonage Dream, Starman, It Ain't Easy, Lady Stardust, Star, Hang On Yourself, Ziggy Stardust, Suffragette City y Rock'n'Roll Suicide. De principio a fin, con escenografía de Noemi Tejera.

Todo arranca en el homenaje colectivo que se armó en The Paper Club en enero pasado cinco días después de la sacudida planetaria que supuso la muerte de Bowie. Allí, The Birkins tocaron Five Years y Suffragette City. La primera se convertiría en la cara B del single de Arabian Nights, tercero de los extraídos de Souvenirs. En la cartera de The Birkins estaba igualmente otro clásico de Bowie, The Man Who Sold the World, pero por encima de todo presidía "la energía de Bowie y este disco -The Rise and Fall of...- que es un álbum conceptual del que nos sentimos muy indentificados y al que queríamos meterle nuestro sonido, nuestra personalidad", subaya Alby Ramírez.

"La experiencia del homenaje fue tan buena que decidimos hacerlo", sentencia el guitarrista acerca de este excepcional disco publicado en 1972 con el sello RCA, que traza la historia de Ziggy Stardust, el alter ego que el músico británico lanzó al universo para redireccionar una carrera que no dejó paso alguno ni estrategia al azar. Ziggy si sitúa entre Hunky Dory (1971) y Aladdin Sane (1973). Sin duda, uno de los mejores de la compleja, abundante y heterogénea discografía del genio británico cuya ausencia aún tiñe de luto la galaxia en la que se forjó al hombre y al mito.

El autor de Blackstar (2016), el disco que publico tres días antes de su fallecimiento, volcó en el personaje de Ziggy el imaginario que bullía en su cabeza. Lo explica Paul Trynka en David Bowie. Starman. La biografía definitiva (Alba Editorial, 2011): "Ziggy era el homenaje de David a los proscritos de la sociedad. La principal fuente de inspiración era, sin duda, Iggy, el cantante con el que David estaba obsesionado y cuya carrera maldita y dionisíaca ya había generado su propia mitología. (...) El apellido de Ziggy, una referencia a Legendary Stardust Cowboy, contenía los mismos matices. El nombre englobaba la pasión de David por el glamour y el oropel, hacía referencia a la canción más conocida de Hoagy Carmichael e incluso a la idea relativamente reciente de que, en palabras de Carl Sagan, 'todos somos polvo de estrellas', con todos nuestros átomos reciclados mediante una supernova. ¿Y qué era Ziggy Stardust sino carne roquera, vieja y llena de energía, reciclada pero al mismo tiempo fresca?".

Un Ziggy teatral y dramático, deudor de Iggy Pop y Vince Taylor, parafraseando a Trynka, que junto a una banda que tenía a Mick Ronson como fiero guitarrista al frente, permitió a David Bowie catapultar su imagen y música hacia el infinito.

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