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cómic

Reencuentro en Xuthal

'Conan el vengador' relata una de las aventuras de juventud del famoso guerrero donde aparece el hechicero Thoth-Amon

Entre todos los personajes que creó el escritor estadounidense de aventuras históricas y fantásticas, Robert E. Howard, para abastecer el boyante mercado de relatos pulp de principios de la década de 1930, ha sido Conan el Bárbaro el que ha gozado de mayor éxito.

Pero a pesar de que Howard escribió veintiún relatos sobre las aventuras de este guerrero de ficción, la imagen que el gran público tiene de él se basa principalmente en la creada para Marvel por los dibujantes Barry Windsor-Smith y John Buscema, y cómo no, en las adaptaciones al cine encarnadas por Arnold Schwarzenegger. El resultado es que resulta extraño ver en Conan el vengador: La horda maldita al protagonista con veinticinco años, menos musculoso y mucho más inexperto y naif. Aunque el cómic no está basado en un relato de Robert E. Howard, se trata de una recreación escrita por el guionista Fred Van Lente imaginando lo acaecido justo antes de una de las historias de Howard, Xuthal del anochecer, más conocida como La sombra deslizante, nombre con el que fue publicado por vez primera en 1933 en la mítica revista pulp Weird Tales y en 1977 fue dibujado por Roy Thomas, John Buscema y Alfredo Alcalá para la colección de Marvel La espada salvaje de Conan. Por eso el álbum comienza y finaliza de la misma manera, con Conan y Natala en medio del desierto, cerca de la ciudad de Xuthal, el resto, es decir, la totalidad de la historia, supone un prolongado flashback del protagonista, que rememora sus aventuras y desventuras como mercenario en las huestes del insurrecto príncipe Almuric de Koth, enfrentado al rey Strabonus.

Pero la labor de Van Lente no acaba aquí, porque en un acto de filigrana argumental conecta esta historia con la anterior de la colección, Sombras sobre Kush, un relato inacabado y sin título de Howard que dos de sus seguidores, L. Sprague de Camp y Lin Carter, reescribieron y denominaron Un hocico en la oscuridad, y Van Lente adaptó al cómic dándole el nuevo título con el que lo publica Planeta.

Hasta la mitad de La horda maldita predominan las batallas, pero Conan el bárbaro es un personaje de espada y brujería, subgénero de la fantasía épica que narra las aventuras de héroes que se enfrenta a humanos y a adversarios dotados de poderes mágicos. Por eso en la segunda parte aparece el maligno hechicero Thoth-Amon, personaje creado por Howard en el primer relato de Conan, El fénix en la espada. Su aspecto, de claras reminiscencias egipcias, es tan fascinante y seductor que roba el protagonismo a Conan, hasta el punto de dejar de ser su antagonista para casi convertirse en el personaje principal Buscador de un grimorio perdido, llamado el libro de Skelos, y aliado de una entidad de los mitos de Cthulhu, de nombre Nyarlathotep, Thot-Amon supone el contrapunto mágico perfecto al héroe cimmeriano. El dibujo de Brian Ching destaca por la movilidad que logra transmitir a las escenas de acción, pero francamente las portadas que contienen el álbum poseen más calidad, especialmente la de Dan Scott que también sirve de contraportada al álbum, con lo que quizás esta nueva aventura del bárbaro hubiera quedado mejor de haber sido ilustrada por otro historietista.

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