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cómic

Tres disparos mortales

'Deadshot' refleja la evolución, desde los ochenta hasta hoy, de este mortífero antihéroe y miembro del Escuadrón Suicida

Tres disparos mortales

Justo después de estrenarse durante este verano la película de David Ayer Escuadrón Suicida, en la que Will Smith interpretaba al personaje de Deadshot y su identidad oculta Floyd Lawton, sale a la luz un volumen de Ecc ediciones que reúne varias historias sobre este mortífero francotirador creadas en un espacio de diecinueve años. La primera es una miniserie de 1988, la segunda fue dibujada en el 2005 y la última salió a la luz en el 2007.

De esta forma, podemos comprobar la peculiar evolución en el tratamiento de este personaje desde sus inicios en una década en la que la criminalidad, los asesinatos y los robos se convirtieron en una epidemia a lo largo y ancho de Estados Unidos, lo que dio lugar a que surgieran toda una horda de superhéroes implacables, agresivos, sombríos y torturados.

Valga como ejemplo de esa tendencia antihéroes como Punisher, Wolverine o los antológicos personajes de Watchmen, que a diferencia de los pacíficos protagonistas a los que el lector estaba acostumbrado hasta ese momento, no se contentaban con detener a los malhechores y entregarlos a la justicia, sino que los juzgaban ellos mismos, y en la mayoría de las ocasiones los ajusticiaban. Inmediatamente Deadshot pasó a ser miembro del Escuadrón Suicida y consiguió un gran éxito que se debió en gran medida al enfoque que le dieron el guionista John Ostrander y el historietista Luke McDonnell.

La primera historia de este recopilatorio, dividida en cuatro entregas, está escrita por Ostrander y su esposa, Kim Yale, y presenta dos líneas argumentales que transcurren paralelamente hasta terminar por cruzarse. La primera narra las pesquisas detectivescas de una psiquiatra por averiguar qué es lo que ha llevado al superhéroe a adquirir ese temperamento tan insensible, y la otra muestra como Deadshot trata de rescatar a su hijo secuestrado. El resultado es un inquietante thriller que, como sucede en todos los relatos psicológicos, profundiza en la torturada mente del protagonista indagando en su infancia. Hay que destacar que es la primera vez que este cómic ha sido traducido a nuestro idioma, por lo que podemos comprobar la tendencia ochentera a oscurecer y dramatizar el género con traumas psicológicos.

La siguiente historieta, creada diecisiete años después, pertenece a la serie limitada del guionista Christos N. Gage y el dibujante Steven Cummings, y está formada por cinco episodios cuyo argumento tiene claras influencias del western clásico, en el que un vigilante se dedica a hacer cumplir la ley sin tener autoridad legal, pero a la vez se profundiza en el aspecto más humano de Deadshot. La tercera historia fue creada dos años después por Gage en un episodio de Leyendas del Caballero Oscuro con dibujos de Phil Winslade, en el que el Batamn y Deadshot se baten en un sorprendente duelo, que está rematado con un desenlace imprevisto. En lo que respecta a los dibujos, destacan los de Winslade, que alcanzan un detallismo y logran crear una atmósfera oscura que casi dejan a los de Cummings en meros bocetos inacabados y los de McDonnell en viñetas muy coloridas pero poco logradas.

A pesar de ello, este volumen de Ecc presenta tres aventuras sobre Deadshot reunidos de forma acertada porque suponen tres disparos certeros en la interesante evolución de un personaje, tanto estilística como argumentalmente.

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