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EL SIGLO XXI, CON RECUERDOS DEL ESPLENDOR INCA

Perú, pura magia de los Andes al Pacífico

Más de 18 millones de electores acuden hoy a las urnas para elegir presidente entre Keiko Fujimori y Pedro P. Kazynski - Los 2.400 peruanos residentes en Canarias, atentos a una confrontación política clave para el futuro

Turista española se interesa por la artesanía local en el altiplano andino. A.M.

Más 18 millones de peruanos acuden hoy a las urnas para elegir en segunda vuelta al futuro presidente de la República. Los candidatos, Keiko Fujimori (hija del ex presidente de igual apellido) por Fuerza Popular , 6.115.073 votos en la primera vuelta, y el liberal Pedro Pablo Kazynski, de Peruanos por el Kambio , 3.228.661 votos en los mismos comicios, pugnan por suceder a Ollanta Humala. Los 2.400 residentes que suman la colonia peruana en Canarias permanecen atentos a esta confrontación política incierta y decisiva para el futuro de su país.

Sondeos recogidos por la prensa limeña desvelan un empate técnico entre ambos candidatos. No obstante, apuntan también a una muy ligera ventaja de Keiko Fujimori. El apellido retiene una bolsa de fieles votantes en un porcentaje nada despreciable, pese a los escándalos de corrupción durante la presidencia de su progenitor, desde 1990 al año 2000. Los logros económicos y los éxitos en la lucha contra el terrorismo de Sendero Luminoso (responsable de la muerte de 20.000 personas), incluida la espectacular captura de su líder, Abimael Guzmán, quedaron oscurecidos con la trama criminal de su régimen y las matanzas perpetradas por un escuadrón del Ejército, conocido por el grupo Colina.

Un retrato de este negro período es pintado en "Cinco esquinas", última novela del Nobel peruano, Mario Vargas Llosa. Un texto digno de adaptación para un filme no menos atractivo. Centra su relato en la muerte violenta de un periodista limeño. Pilotaba una publicación cuya prioridad era destrozar a los políticos, empresarios, destacados profesionales o artistas, hostiles o críticos con el "fugimorismo" llevando sistemáticamente a sus portadas multitud de infamias, líos de alcoba o prostitución de los adversarios. El dirigente del semanario acabaría siendo secuestrado y asesinado, víctima de los sicarios de su propio jefe político, conocido como el "doctor", y a la vez brazo derecho del presidente.

Pese a la permanencia en prisión de Alberto Fujimori, tras ser condenado a 25 años de cárcel en 2009 como autor intelectual de delitos de asesinato con alevosía, secuestro agravado y lesiones graves, ocurridos en los años 91 y 92, no parece que constituyan un factor disuasorio para casi un 50 por ciento de los electores peruanos, dispuestos hoy a reproducir su apoyo en las urnas al apellido Fujimori.

UN PAIS EMERGENTE

A caballo entre las economías de Japón y la Occidental, determinada esta por el peso del dólar estadounidense, Perú se revela hoy como un país emergente de prometedoras expectativas en todas las dimensiones, desde el económico hasta el cultural. El PIB creció un 3,3 por ciento el pasado año. Es el primer productor mundial de lana de alpaca y el principal exportador de prendas de algodón en el continente sudamericano.

Su producción de cobre se ha disparado en este año 2016. Las de plata, oro, plomo, zinc y gas han registrado aumentos menores. La minería, aunque genera 23.500 empleos directos y es líder de Latinoamérica, es objeto frecuente de conflictos por nuevos proyectos de multinacionales canadienses y de EEUU, a los que se oponen ecologistas y parte de la comunidad indígena, particularmente en Cajamarca.

Por encima de los avatares del día a día, el peruano enarbola el orgullo de su pasado imperial inca (1430-1532) y un deseo de recobrar el sentido de la frase que evoca la época de un esplendoroso virreinato español: "Vale un Perú". Expresión atinada de su riqueza y prosperidad en aquellos tiempos.

Independientemente del magnetismo de su cordillera andina y de la Amazonía, sus fabulosos recursos naturales así como su interesante acervo arqueológico y antropológico definen en su conjunto un futuro de esperanza para sus 31.726.147 habitantes. Siempre y cuando sus dirigentes acierten en la gestión y en las políticas de desarrollo sostenible para este vasto territorio, con una superficie de 1.289.215 kilómetros cuadrados, dos veces y media superior a la de España.

Perú es mucho más que el Machu Picchu y su Valle Sagrado, emblemas del país. También lo es la capital limeña, fundada por Pizarro en 1535. Cuzco, el corazón del imperio de los Incas y de los quechuas que hoy personifican con dignidad el denominado "lamento andino", nostálgicos de un tiempo glorioso y de virtudes de sus ancestros a recuperar.

La preciosa y acogedora Arequipa, escoltada en sus proximidades por tres bellísimos volcanes de nieves perpetuas: Misti, Chachani y Pichu Pichu, con sus cumbres entre 5.000 y 6.000 metros sobre el nivel del mar, y su convento de Santa Catalina "una ciudad dentro de la ciudad". El imponente Titicaca, el lago navegable más elevado del mundo, una increíble reserva de agua a casi 4.000 metros de altitud, 190 kilómetros de largo y 80 kilómetros de ancho, con una extensión de 8.300 kilómetros cuadrados, más de cuarenta islas flotantes, habitadas por los uros.

El Cañón del Colca que recorre un centenar de kilómetros entre impresionantes desfiladeros de más de 3.000 metros, sirviendo de cobijo y mirador privilegiado del vuelo del cóndor, el pájaro sagrado de los incas. La senda está salpicada de terrazas de cultivo, donde es fácil contemplar cómo pastan llamas, alpacas y vicuñas. Este último ejemplar forma parte de uno de los tres espacios del escudo peruano, como símbolo de la riqueza animal. Los otros dos compartimentos del escudo son cubiertos por el árbol de la quina, en homenaje al denso mundo vegetal, y la cornucopia, por la proliferación de minerales en su suelo.

Los peruanos te recuerdan que en su territorio nace el Amazonas, para ellos el río más caudaloso y largo del mundo, con sus 7.872 kilómetros. Y que tienen el segundo pico más alto de América, el Huascarán, con 6.768 metros. También el Cañón del Cotahuasi, que alcanza una profundidad máxima de 3.535 metros, durante mucho tiempo señalado como el mayor del mundo.

Se apresuran a alertarte sobre algunas de las sorpresas que te proporcionará cualquier itinerario, a menudo lleno de contrastes y diversidad de ecosistemas naturales. "En dos horas por carretera puedes pasar de la costa a niveles de 4.800 metros de altura, de un suelo por completo seco a otro profusamente selvático", comenta nuestra convincente y documentada guía de Kuruma Travel, de ascendencia indígena, en vísperas de la inolvidable ruta por el Cañón del Colca.

MÁS DE TRES MILLONES DE TURISTAS

Por tantas bellezas como las aludidas y por otra infinidad de alicientes, entre otros la selva amazónica, Perú es pura magia desde los Andes al mar Pacífico que baña sus más de 2.600 kilómetros de litoral. Lástima la devaluación hoy del término "magia" por su abusivo e inmerecido uso. En el caso que aquí y ahora ocupa se ajusta plenamente a una realidad que sorprende al visitante nada más pisar tierra en el aeropuerto de Lima, tras un vuelo de doce horas desde Madrid, con la compañía LAN Perú.

Tres millones y medio de turistas arribaron el pasado año al país, en su mayoría atraídos por las excelencias que ofrece la Naturaleza, la historia apasionante del país y hasta por su gastronomía, cuyo plato estrella es el ceviche. Sin menosprecio de otros que cuentan con el ingrediente de algunas de sus más de cuatro mil variedades de papas y colores, desde el blanco al negro, pasando por el amarillo. Siguiendo una tradición, el pasado día 30 de mayo Perú celebró su Día Nacional de la papa. En honor a la verdad, las probadas no alcanzan la exquisitez de la papa canaria. Sin embargo, la amplia y rica despensa de la cocina peruana contribuye a favorecer su nivel de prestigio actual. Agrega otros tubérculos en abundancia como la yuca y el boniato. El ají (derivado del pimiento y diferente a la guindilla) es el rey para multitud de recetas culinarias. Presumen asimismo de medio centenar de variedades de maíz. Capítulo sobresaliente son los productos de sus caladeros en el Pacífico, generosos en meros, corvinas, pargos, almejas y camarones.

La proyección de la gastronomía ha alcanzado tal relieve internacional que el presidente Humala no ha dudado en declararla en fecha muy reciente como "un nuevo motor para el desarrollo de su economía". En la misma intervención anunció un compromiso gubernamental para impulsar obras de infraestructuras que mejoren las redes viarias y que permitan doblar la cifra de turistas.

MELANCOLÍA DE LA ATMÓSFERA CAPITALINA

Lima, Cuzco, el Cañón del Colca, Valle Sagrado, Machu Picchu y Arequipa fueron nuestros destinos elegidos para una gratificante e intensa estancia. La capital peruana suma más de 9.750.000 habitantes después de los 480 años de su fundación. Aparece a menudo envuelta en una espesa bruma o garúa que la dota de cierta melancolía ambiental. La corriente de Humboldt empuja con frecuencia una abundante niebla y humedad desde el mar inmediato al interior.

Su morfología urbanística presenta edificios de estilo colonial, con sus artísticos balcones de caoba, nogal y cedro en el centro o casco antiguo, Patrimonio de la Humanidad desde 1988. Aquí se ubica la Plaza de Armas, su monumental Catedral, de estilo híbrido, reconstruida tras diversos terremotos. Inicialmente surgió como simple iglesia en 1538, y ahora guarda los restos del fundador y conquistador en su interior. Sobresalen en la misma plaza el Palacio Arzobispal, de estilo barroco, el convento de San Francisco y las sedes institucionales de la República.

Fuera de este enclave han brotado edificios modernos, convertidos en centros comerciales, oficinas de entidades financieras, multinacionales y alojamientos turísticos de primer orden. En los barrios de Miraflores y San Isidro se aprecia la mayor distinción comercial y nivel adquisitivo. Un 94 por ciento de la población capitalina, superior a los 14 años de edad, trabaja; la mayoría en el sector servicios, según datos facilitados por organismos del Gobierno.

INSEGURIDAD LATENTE

Aunque el turista no sufre sensación de inseguridad ciudadana en las rutas por la que habitualmente es trasladado en Perú, las encuestas y estadísticas locales la denuncian como un problema en las grandes urbes. Bien es cierto que menos ostensible que en el resto de Latinoamérica, con la excepción de Chile, con unos cuerpos de Seguridad y leyes más eficaces en la lucha contra la criminalidad.

El 88 por ciento de los peruanos se siente inseguro. Resulta llamativo que más de la mitad de las víctimas prefiere no denunciar porque no identifica al delincuente, en su mayoría ladrones, o porque considera una pérdida de tiempo el trámite.

La estadística echa así por tierra uno de los tres principios por los que se regía la sociedad inca de su tiempo: "Ama sua, ama llulla, ama q'uella", en quechua. "No mientas, no robes, no seas ocioso", en su traducción al español.

Indiferente en apariencia al problema de la inseguridad, pero sin desdeñar una cautela elemental, el turista bucea y se adentra en el tráfico caótico de Lima para descubrir y disfrutar con sus múltiples reclamos culturales. También los gastronómicos en restaurantes como "Los pescados capitales" y "Astrid&Gastón", por citar dos de los más notables.

El Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú constituye una visita obligada por el tesoro que encierra. El inmueble, utilizado en el pasado como residencia de los libertadores José de San Martín y Simón Bolívar, alberga hoy centenares de piezas antiguas, desde la época prehispánica hasta el periodo republicano, incluyendo la etapa colonial. Sobresalen los artículos de cerámica y una exposición de momias y fardos funerarios de la cultura paracas. El secado por congelación garantizó su óptimo mantenimiento hasta nuestros días.

CIRCUITO ABRUMADOR DE SORPRESAS

Pronto hay que dejar Lima para cumplir con un programa de abrumadoras sorpresas, una tras otra, por el interior del país andino. No hubo el menor margen para la decepción y sí argumentos sobrados para el asombro y la admiración, tras aterrizar nuestro avión en Cuzco, a poco más de 500 kilómetros en línea recta desde la capital limeña. Por carretera serían el doble. En una hora aproximadamente hemos subido bruscamente desde el nivel del mar a Cuzco, situada a 3.350 metros de altitud. A partir de este momento nos moveremos casi siempre entre los 3.000 y 4.000 metros para conocer, además de la antigua capital del imperio inca, el Machu Picchu, Valle Sagrado, Arequipa (3.810 metros), el lago Titicaca con su capital, Puno, a orillas del mismo "mar", y el Cañón del Colca (3.400 metros).

El visitante atenderá con diligencia los consejos nativos para combatir el soroche o mal de altura masticando o tomando infusiones de hojas de coca. De lo contrario se arriesga a fatigarse en exceso y sufrir fuertes dolores de cabeza. Los confortables hoteles de la ciudad cuzqueña proveen gratuitamente de oxígeno a sus clientes recién llegados, que en algunos momentos denotan también insuficiencia respiratoria, hasta concluir su aclimatación en pocas horas.

PARALELISMO CON KATMANDU

Cuzco, Patrimonio de la Humanidad desde 1983, constituye un peculiar conjunto histórico arquitectónico, quizás el más importante de Perú, según distintos expertos. Podría decirse que es una ciudad para visitar y que sugiere enseguida quedarte en ella para siempre. Y si fuese posible, levitando con los sueños de su antiguo imperio inca.

Pocos cronistas viajeros como sir Patrick Leigh Fermor han relatado con tanto acierto la visión de esta ciudad, 'la Roma de América', eterno latido de los quechuas que la habitan y de los que permanecen en puntos alejados. "Los edificios coloniales brotan de unos muros megalíticos, que son lo que queda de palacios y templos incas. (...) Los Andes la rodean. Los palacios de nobles y arzobispos, torturados por los sucesivos terremotos, más los intrincados labrados de las maderas, los amplios aleros de las casas y la levedad del aire, me recuerdan a Katmandú", escribe. El autor, de ascendencia británica e irlandesa, al igual que otros turistas actuales, también se mostró impresionado en el siglo pasado con las ruinas de una antigua fortificación prehispánica en los alrededores de Cuzco. Se trata de Sacsayhuamán, construida con inmensos bloques de granito de varias toneladas cada uno y más de seis metros, de forma irregular, pero ajustados de modo tan perfecto y armonioso que "resultaría imposible meter el filo de un cuchillo en su juntura".

MACHU PICCHU

La Ciudad Sagrada, una de las siete maravillas del mundo, significa para muchos visitantes la guinda de un periplo irrenunciable. Les inspira una entusiasta y manifiesta disposición a repetir en la menor oportunidad. No es fácil comunicar literariamente el halo de misterio que envuelve el Machu Picchu desde las primeras horas de la mañana, cubierto por una suave neblina que asciende del río Urubamba y va disipándose a medida que avanza el día para dejar completamente desnudas las imponentes ruinas pétreas de lo que fueron templos de una Ciudad Sagrada en otros tiempos. Nadie ha conseguido explicar cómo fue levantada hacia 1450 con pesadas piedras, en una superficie totalmente abrupta, a 2.500 metros de altitud, para adorar al dios Sol. Nadie se libra tampoco del impacto que produce su contemplación y los pensamientos dispares que provocan tanto el entorno paradisiaco como el prodigio de su edificación con unos métodos rústicos inimaginables y para una finalidad religiosa en exclusiva. El hechizo es inevitable ante una grandeza de esta dimensión. Y no es la única de Perú.

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