La Provincia - Diario de Las Palmas

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Un peregrinaje a Santiago como la vida misma

El Camino a Compostela guarda entre sus secretos el poder de la reflexión, una experiencia que tiene la capacidad de hacer cambiar de rumbo a quien sigue esta travesía

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El viaje de la juez de menores Reyes Martel al Camino de Santiago, en Galicia

Cansancio, agujetas, pero también amistad y paz absoluta. Después de siglos de historia el Camino de Santiago ha sobrepasado las fronteras de lo religioso. En la Edad Media peregrinos procedentes de todos los rincones de Europa llegaban a tierras gallegas con la intención de rendirse ante la tumba del Apóstol. Hoy se cuentan por miles las personas que desean alcanzar la plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela. "El Camino es como la vida misma", es una de las frases más repetidas por cuantos lo aman. Caes, te levantes y vuelves a continuar adelante, ayudándote en tus compañeros de viaje. Se trata de una vivencia que muchos utilizan para encontrarse consigo mismos y cambiar de rumbo. Eso es lo que pretende hacer la magistrada del Juzgado de Menores número 1 de Las Palmas, Reyes Martel, quien llevará a través de Galicia a más de un centenar de jóvenes con medidas judiciales o en situación de desamparo; 50 de ellos de todo el Archipiélago y el resto procedentes de otras comunidades autónomas.

Este centenar de jóvenes estarán acompañados por trabajadores sociales, magistrados y decenas de voluntarios interesados en poner su granito de arena al proyecto. Tendrán que superar el próximo fin de semana los 75 kilómetros que separan La Coruña de Santiago. La ruta, antaño frecuentada por británicos, irlandeses y escandinavos, motivo por el que se conoce como Camino Inglés, es la única que permite combinar con el Camino de Santiago entre Tunte y Gáldar, en Gran Canaria, para poder obtener así la Compostela. Ahora desde #UP2U Depende de ti, la asociación que preside la magistrada canaria, han reubatizado el recorrido como Camino de los Valores, con la intención de restaurar esos "principios perdidos".

La iglesia de Santiago de La Coruña lleva desde el siglo XII viendo partir a miles de peregrinos. El edificio mezcla los estilos románico y gótico, fruto de las numerosas reconstrucciones que ha soportado a lo largo de su historia. Es en su interior donde se guarda uno de sus mayores tesoros, una estatua policromada del Apóstol de la misma escuela artística que el conocido pórtico de la Gloria de la catedral de Compostela, según indican los historiadores. Serán estas callejuelas las que vean partir a la comitiva de adolescentes camino de la capital gallega.

Hospital de Bruma

El verdadero reto comienza al salir de la ciudad. Primero tendrán que bordear la ría de O Burgo, con su puente medieval y su iglesia románica dedicada a Santiago. Como no puede ser de otra manera, esta no será la única ermita dedicada al Apóstol que los chicos se encontrarán en su viaje. Una vez fuera de los límites metropolitanos de La Coruña, la segunda ciudad gallega tras Vigo, se encontrarán en mitad de un paisaje dominado por suaves colinas y frondosos bosques. No sin olvidar los cultivos de millo, papas o grelos, es decir, las hojas del nabo, muy apreciadas en la gastronomía local.

Al final de esta primera etapa, de 33 kilómetros en su totalidad, se encuentra el Hospital de Bruma. En este punto convergen la senda de La Coruña y otra con origen en Ferrol. Aquí los adolescentes podrán reponer las fuerzas con un buen caldo gallego entre pecho y espalda. El antiguo refugio de enfermos de esta aldea, que data de la Edad Media, hoy acoge un hospedaje de peregrinos. Pero no será aquí donde los jóvenes pasen la noche, lo harán en el albergue de Gandarío, junto a la ría de Sada.

Con una capacidad de 330 camas, este albergue se encuentra a junto a la playa de Gandarío, resguardada del Atlántico por la ría de Sada y Betanzos. Sus instalaciones cuentan con canchas de fútbol y baloncesto, material para realizar deportes acuáticos y una amplio comedor al aire libre. Cada año llegan hasta este lugar decenas de colegios de toda Galicia con la intención de pasar unos días alejados del modo de vida urbano.

Pero, no obstante, el albergue también se abre al público general y a centros escolares de medio mundo. Testigo de ello es un ejemplar de Dracaena draco, más conocido como drago. "Todos los años vienen colegios de Canarias y en una de esas ocasiones nos lo dieron como obsequio", apunta Eduardo Vázquez, director del centro. Por desgracia, el árbol se está muriendo. Esta planta autóctona del Archipiélago no ha soportado los abatares del clima gallego, a pesar de que en invierno lo tapan para resguardarlo del frío.

Gandarío también cuenta con un comedor con capacidad para casi 400 comensales. Aquí les cocinarán tres chefs del hotel Riu Oasis. Precisamente, el proyecto altruista de #UP2U se apoya en gran medida en la Responsabilidad Social Corporativa de multitud de empresas. Entre otras, Binter proporcionará los vuelos interinsulares para llevar hasta el aeropuerto de Gran Canaria a los chicos y chicas que residen en otras islas.

Tierra de leyendas

La segunda etapa parte desde el Hospital de Bruma y concluye en la localidad de Sigüeiro. Con 25 kilómetros de recorrido se trata, sin duda alguna, de la jornada más rural de las tres que componen el Camino Inglés. En la aldea de A Calle, concello de Ordes, guardan una de las curiosidades más destacables de la ruta. Frente al bar del pueblo se encuentra la Casa Maldonado, en cuyo dintel está tallada una inscripción que atestigua el paso y pernocta del rey Felipe II por estos lares en 1554 después de haber visitado al Apostol. Una huella de la historia que puede ser todo un reto localizar, pues se encuentra escondida en zona de sombra.

Galicia es una tierra de leyendas y de mucha historia. Entre las pequeñas aldeas la gente mayor sigue hablando de las meigas, mujeres hechiceras que han realizado un pacto con el diablo para hacer el mal. El ritual ancestral del esconxuro da queimada se ha convertido en toda una atracción turística en locales de ciudades como Coruña o Santiago. Todo un espectáculo al calor del fuego, lume en gallego, que podrán presenciar los chicos en su viaje.

No obstante, la espiritualidad que se respira en el peregrinaje a Santiago hace reflexionar en mayor o menor medida a quien lo recorre. "Es una experiencia de vida, un encuentro con uno mismo, valoras lo que va bien o lo que va mal", señala Nava Castro, directora de Turismo de Galicia. Esos motivos empujaron al afamado escritor brasileño Paulo Coelho a reconducir su vida tras hacer el Camino. Su primera novela, El peregrino de Compostela, narra las vivencias adquiridas en esa ocasión, pues decidió abandonar su profesión y dedicarse a las letras.

Hay quien cuenta que al entrar la plaza del Obradoiro, corazón de Santiago de Compostela, se produce una "explosión de sentimientos". Los chicos llegarán a la capital gallega en su tercera jornada, tras caminar los últimos 16 kilómetros desde Sigüeiro. Será entonces cuando completen su meta, rodeados de edificios históricos, tales como la catedral, el Hostal de los Reyes Católicos o el palacio de Rajoy, actual Ayuntamiento compostelano.

"Cuando he llegado me he sentido emocionada, pensaba que no iba a hacerlo, pero querer es poder", apunta la peregrina Marian Aranda, extasiada al llegar al Obradoiro, después de un par de centenares de kilómetros a sus espaldas acompañada de varios amigos. Nada más llegar no dudaron en soltar las mochilas, sacarse las zapatillas y contemplar la belleza histórica de la ciudad. Una experiencia que podrán repetir los chicos el domingo 3 de junio.

Con todo, 106 chicos y chicas de todo el Estado tendrán la oportunidad de aprender una auténtica lección de vida en este Camino de los Valores. Una iniciativa que nace en Canarias pero que ha causado numerosas simpatías entre la sociedad gallega, hasta tal punto que Víctor Vázquez Portomeñe, padre del Camino tal y como se le conoce hoy día, se ha unido a esta aventura.

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