Los vecinos de Lomo Magullo querían ayer demostrar, quizás más que nunca, lo que representa para ellos su veneración por Nuestra Señora de las Nieves y aún más si cabe en el día grande de la festividad. La celebración del centenario de la llegada de la imagen de la patrona del barrio desde Valencia y los 38 años de su nombramiento como celestial alcaldesa mayor y perpetua de la ciudad de Telde eran motivos más que suficientes para expresar su júbilo y así lo hicieron.
Sin embargo, tampoco estaban del todo contentos, a tenor de los comentarios oídos en la calle sobre la ausencia de la alcaldesa, Carmen Hernández, a la procesión del trono de la Virgen de las Nieves por las calles del barrio. Algunos residentes no ocultaban su disgusto por esta ausencia, aunque sí hubo una importante presencia de ediles de casi todos los partidos a la misa y posterior recorrido. "Todos los alcaldes han venido siempre a la procesión y me parece que no está bien que falte este año, sobre todo siendo el centenario de la Virgen", aseguraban varios asistentes.
La mañana, calurosa, provocó que se abrieran todas las puertas de la ermita de Lomo Magullo, donde los abanicos también se convirtieron en compañía inseparables de las feligresas durante la misa, un oficio que se inició a las 12 de la mañana y que finalizó cerca de las 13.30 horas, cuando el sol empezaba a ser picón. Fue presidida por el sacerdote holandés Bertrán Van Paassen y contó como predicador al padre Higinio Sánchez Romero, párroco de Santa María de Guía y a Fernando Báez, titular de la parroquia. Fue una misa donde los cantos se combinaban con las oraciones y fue durante la función religiosa cuando se recordó la importancia de la Virgen de las Nieves para Lomo Magullo y cómo ésta luce el nuevo bastón de mando -comprado este año junto al que porta también la presidenta de la corporación local- que la acredita como alcaldesa eterna del municipio de Telde.
Pero la misa también sirvió para un singular acto social, la felicitación a Juan Martel y a su familia por el nacimiento de su nieta, nacida en la víspera de la festividad de Nuestra Señora de las Nieves. Así, no fue difícil la elección de su nombre: Mia de las Nieves. La felicitación fue extensiva a la esposa de Martel, Loly Rodríguez, a su hija, Priscila y su yerno Pedro, y a los padres de éste, Pedro Artiles y Josefa Benítez. Y ya, como apoteosis, el "cumpleaños feliz, cumpleaños feliz" entonado en honor a la Virgen.
Después se desarrolló la entrega de trofeos a los animales participantes en la exposición de la feria de ganado, que se realizó ante la imagen de la patrona del barrio. La procesión por el barrio culminó la mañana festiva, que tuvo su continuación por la tarde noche.
