Sin duda alguna, la auténtica estrella de la quinta feria de la naranja de Telde fue la granizada hecha con la fruta y despachada en uno de los puestos establecidos en la Casa de la Juventud del municipio en la jornada de ayer. Y es que el sol radiante que acompañó durante el acontecimiento volvió irresistible esta versión del cítrico protagonista del día. De forma constante acudían clientes a pedir el producto que permitía saborear el máximo sabor de la fruta. "Y ahora, para que note la diferencia a más ácido, pruebe un trocito de nuestras naranjas", sugirió uno de los participantes de la Asociación de Jóvenes Agricultores a una de las asistentes a la feria que disfrutaba de la bebida refrescante.
Así, entre la cata de la naranja en los distintos puestos, la compra de todo tipo de productos hechos del cítrico, actuaciones musicales por parte de los monitores de la Escuela de Folclore de Telde y los niños de Soront, el taller de cocina magistral impartido por la asociación gastronómica Mojo Picón y actividades para los más pequeños, se desarrollé uno de los actos teldenses más concurridos del año.
Desde las diez de la mañana el recinto comenzó a llenarse de asiduos de todas las edades, con expectativas de vivir una velada diferente y amena. A pesar del buen ambiente que se palpaba y la felicidad reflejada en las caras de los asistentes, muchos se quejaron del lugar elegido este año para su celebración. Según comentan, "en San Juan, con la iglesia detrás y un mayor espacio, era mucho mejor, porque aquí parece que estamos apretados y no es lo mismo".
Con el aumento del aforo en el antiguo mercado, los encargados de los puestos invitaban al público a probar sus productos, y los que compraban les daban un boleto para participar en el sorteo de una cesta de productos de la tierra que se adjudicó al final del día. "La feria está bastante bien, pero el año pasado hubo mucha más gente porque era domingo y los comercios estaban cerrados", explicó José Medina, agricultor y ganador de la cata de la naranja este año.
Los ocho puestos que llenaron la Casa de la Juventud en forma circular eran atendidos por agricultores y empleados vestidos de típicos canarios, dando aún más énfasis a la música autóctona que sonaba y los bailes tradicionales que reinaban en el centro del recinto ante la expectación de los allí presentes.
De esta manera, los asistentes pudieron disfrutar desde desayunos con zumo de naranja recién exprimido con queque, tortitas y mermelada del cítrico, hasta pan hecho con mimo en los puestos, o chupitos de gazpacho de la fruta y aceite de oliva, y pinchos de queso de cabra con mermelada de naranja proporcionados por la asociación Mojo Picón en el taller desempeñado durante el acto.
El programa de actividades concluyó con la entrega de premios de la quinta cata de la naranja del municipio, celebrada el pasado jueves en el Casino, cerca de la plaza de San Juan, donde las mejores naranjas fueron reconocidas ante los aplausos del público.
Las puertas de la Casa de la Juventud siguieron abiertas hasta las 15.00 horas para todos aquellos que quisieron comprar entre la gran variedad de productos. Un año más, la fruta triunfa en el municipio y los agricultores locales pudieron mostrar con orgullo los resultados de un trabajo constante y de calidad, ofreciendo los productos de la tierra que aseguran "son los que mejor saben".
