La casa museo León y Castillo es un inmueble que alberga más de 400 piezas que evocan la figura de los hermanos Fernando y Juan, dos de los más ilustres hijos nacidos en Telde, pero es mucho más que eso. Una visita pausada por sus dependencias es adentrarse también en la historia del arte, en la política del siglo XIX y también en las tradiciones de la tierra, algo inusual en un recinto de estas características y cuyos fondos lo convierten en el famoso must inglés, en un lugar de obligada asistencia.
Situado en la calle del mismo nombre, la casa museo es una caja de sorpresas a medida que se la va conociendo, según explica Antonio González Padrón, director y cronista oficial de la ciudad. "Después de 36 años aquí y a medida que hemos ido estudiando y observando cosas, hemos encontrado curiosidades y secretos que están a la vista, pero que no vemos hasta que nos percatamos de ellas", apunta González Padrón.
En una visita guiada, similar a la que realizó en la Noche de los Museos a los visitantes en varios turnos, el director del museo empieza por matizar lo que considera son creencias falsas que se han enquistado como verdades absolutas.
Impresionismo y fotografía
Así, en referencia a un cuadro del impresionista Liceo Meifren sobre el puerto de La Luz, Antonio González desbarata la tesis de que los pintores de este estilo pintaban siempre al aire libre y aprovechaban la luz solar. "Eso es cierto a medias, ya que en este cuadro sobre el puerto el pintor se basó en una foto que le enviaron desde aquí para pintar en su estudio de Barcelona. Por eso se ve, por ejemplo, que pintó dos calderas de Bandama, quitó barcazas que no dejaban ver la ciudad como se le pedía".
A poca distancia de este cuadro se encuentra otro del también impresionista Antonio Caula, al que se le encargó una panorámica de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y pintó la Catedral de Canarias "mirando al mar, cuando en realidad lo hacia el este, hacia Jerusalén", recalca González.
Sin salir de la misma sala se encuentra una obra de José Arencibia Gil, el afamado artista multidisciplinar teldense que tiene también su propia anécdota en la colección de la casa natal de León y Castillo.
"Este cuadro [muestra un conjunto de personas mayores] se titula Los viejos, aunque él lo había titulado Lucha contra la langosta, y que le costó un gran disgusto con su suegra, que estuvo varios años sin dirigirle la palabra. La razón, que la pintó junto a personajes populares de Melenara como Pionono, Compalene, la aguadora La Taca o un famoso borrachín de San Gregorio. No le sentó nada bien a la señora mezclarse con el pueblo".
De la casa de Borbón también hay objetos en el museo teldense. Nada menos que dos cuadros propiedad del primer Borbón, Felipe V y su esposa María Luisa de Saboya, que le regaló el rey Alfonso XII al conde Almaraz, amigo del monarca y suegro de Fernando León y Castillo y que se incorporó a su colección como dote de su esposa.
"Se trata de dos cuadros que se conocen como trampantojo, una ilusión óptica que hace ver algo distinto de lo que ve. En uno de los cuadros se observa lo que parece un simple bodegón, con un búcaro abierto donde hay una vela que quema un velo, una alegoría de la Ilustración, mientras que en el otro se ve un ilustrado que escenifica el triunfo de la razón".
El reloj de Eiffel
Otra joyita de la casa museo es un reloj de Eiffel, más famoso por la torre que lleva su apellido, pero que en su momento observó el negocio que generaba la industria del lujo para Francia, que la exportaba a muchos mercados del mundo.
"Inventó un reloj como éste con hierro fundido para poder venderlo en países de otros continentes, ya que al sustituir la madera por el hierro fundido evitaba que los insectos lo carcomieran y dañaran", expone Antonio González.
La realeza española sigue presente en la casa de León y Castillo, incluso el rey emérito Juan Carlos "nos envió una carta diciéndonos que teníamos una de las mejores colecciones de la familia real cuando le enviamos el inventario, donde figura, por ejemplo, esta escribanía de Isabel II". O unos vasos cóncavos con las efigies de Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia de Battenberg incluidas en un corazón. "La razón de su forma se explica porque así se podían apilar hasta 25 vasos que se repartían entre el pueblo para brindar por los reyes de España".
Un cuadro de Gusachs, pintado en 1889, también tiene su peculiar historia. "Hace años vimos que se estaba deteriorando y lo restauramos y tuvimos la sorpresa de que por culpa del marco se había quedado la escena pintada -sobre el ejército español en Cuba- más chica de lo que era realmente. Ahora se puede ver en su totalidad, algo que ni siquiera su propietario, Fernando León y Castillo, pudo admirar en vida", alega el director de la casa museo del prócer teldense.
Las pinzas para abrir guantes, unos objetos que se encuentran en una de las vitrinas del museo. Son un regalo de la última emperatriz de China a la esposa de León y Castillo durante una visita donde se entablaron acuerdos comerciales entre el país asiático y España, que importaba papel, arroz y tinta china, entre otros productos.
Un facsímil con la historia del Toysón de Oro, distinción que solo ha recibido en Canarias Fernando León y Castillo. "Es una copia exacta, hecha a mano y con piel de gamo sobre la historia de esta condecoración otorgada por el rey de España por los servicios al país".
Y hablando de legajos, una de las piezas más valiosas de la colección del museo, según Antonio González Padrón. Nada menos que los cinco tomos con fecha de 1669 escritos por Jerónimo Zurita sobre los anales de la Corona de Aragón y que podrían generar polémica en la actualidad por la soberanía reclamada por Cataluña. "En estos anales de la Corona de Aragón se expone que esta comunidad autónoma es un principado que surge de un condado dependiente de esa corona".
La historia marítima ocupa su espacio en el recinto, no solo con lo relativo al puerto de La Luz, sino al que se denominó el Titanic de los pobres, el Valbanera, hundido en su travesía hacia América y que se saldó con numerosas muertes. En la sala donde se encuentran los retratos de los hermanos León y Castillo se exponen piezas del barco gemelo del Valbanera, el Pinilla.
Para finalizar, una visita a la cocina y allí se puede observar, entre otros objetos, una vasija de 1820 donde se guarda aceite y proviene de Hoya Pineda. O un mantel elaborado con lino de Telde que era la parte baja para hacer una mortaja.
