La ermita de San Pedro Mártir, un lugar que le resulta fascinante, es la primera sala en España en la que mostrará sus cuadros, donde lo abstracto, la pasión y lo espiritual van de la mano y ha sido el camino donde Cosetta Falasco ha encontrado lo esencial de la vida y de ahí surge el título de su exposición. Y eso que en sus comienzos su pintor de referencia era Van Gogh, con el que se siente identificada por la pasión que refleja en su obra. Luego, con los años y sus experiencias, donde Venezuela y Japón son sus báculos artísticos y emocionales, se ha decantado por el arte espiritual y abstracto aprendido en Japón del maestro Bokuden Matsuda.
Desde julio de este año reside con su familia en el municipio, en concreto en el barrio de San Gregorio, y sus planes son ser vecina para siempre de Telde con la apertura de un local de arteterapia y una labor divulgadora del arte como vía para conocerse mejor y ahondar en lo profundo de la espiritualidad del ser humano. "Se nota la grandeza de la vida por lo esencial de las cosas, no por las fachadas de las cosas", señala Falasco, que responde mientras se va montando los cuadros que presenta mañana, a partir de las 20.00 horas.
Su primera exposición en España, La grandeza de lo esencial es su carta de presentación en una ciudad de la que destaca su energía, "que la gente es receptiva al arte y la cultura, de verdad siento que quiero dejar ese mensaje de agradecimiento, de reconocimiento a quienes me están dando mucho en el poco tiempo que llevo aquí, como si me conocieran de toda la vida".
Colma de alabanzas a la ermita, a la que considera "un lugar encantador, me encantan la vibraciones que se sienten en ella, me gustan los sitios históricos como este".
La muestra de Cosetta Falasco es un canto a la sencillez, a las cosas esenciales de la vida y ello se refleja en sus obras. "Los que asistan a la exposición pueden encontrar la sencillez, mucha pasión que aunque sea en una mancha yo transmito toda la energía que llevo dentro. Cuando yo pinto me desprendo de todo lo que es racional y de eso se trata la exposición, de creer mucho más en nuestro interior y tratar de aprender a expresar lo que uno siente realmente".
Manchas, líneas, figuras abstracta aque expresan una energía profund, la sencillez que expresan la grandeza de los sentimientos son los argumentos de esta artista y docente turinesa, que reconoce como su maestro a Bokuden Matsuda, que le ha enseñado esta última fase de su obra, a Kandiski y anteriormente a Van Gogh, "que era mi ídolo antes del arte abstracto y con el que me identifico en lo pasional porque yo soy así, pero lo expreso de una forma sencilla".
Un recorrido de todo lo realizado hasta ahora, que presenta en trabajos hechos en tinta china. Algunas de ellas, añadiendo amoniaco y yodo, dos elementos que, expresa Falasco, "hacen que las tintas tengan unos matices y tonos, semitonos que son espectaculares y que aprendí en Venezuela". Se siente muy identificada con estas mezclas por la explosión de colorido que producen y que se pueden contemplar en dos de sus obras, que no pasarán desapercibidas a la mirada de los asistentes. También dará dos conferencias mientras dure la exposición, una sobre la espiritualidad en el arte y otra sobre lo esencial como vehículo de paz.
