"Me desperté de repente cuando sentí que me caía agua en los pies y salía con un fuerte chorro de las paredes del dormitorio, mojando todo lo que encontraba". Es el testimonio de Candelaria Torres una vez se había calmado del susto sufrido a las 7.45 horas en su vivienda, una de las 12 afectadas por una tromba de agua producida por la avería de una tubería a su paso por La Herradura. Tres edificios en la calle Gloria -Dalí, Miró y otro sin nominar- sufrieron la acometida de lo que los residentes compararon con la fuerza de un temporal.
Otros vecinos perjudicados por las inundaciones en sus pisos, como Raiza, Pedro Esteban, Cristo Verona, José Miguel, José Manzanilla o Rubén, también tuvieron un amanecer muy mojado, dada la "fuerza con la que salía el agua de las paredes y que ha dejado la habitación trasera de nuestros domicilios inundada y con una humedad en las paredes que tardará semanas o meses en secarse".
Ayer fue una jornada de achicar a marchar forzadas para evitar que el agua que manaba de las paredes y también desde el aplique puesto en el techo de la alcoba no convirtiera su piso en una piscina. "Nadie sabía donde estaba la llave de paso para cerrarla y el agua no de salir con grandes chorros, pero al final se consiguió", afirman, mientras muestran los baldes y calderos colocados en el dormitorio para que el goteo no llegara al suelo. Con la cama y colchón mojado, enseres y otros objetos, ambos recuerdan que hace poco que se mudaron a esta calle, "ya que todavía tenemos en el garaje cajas sin abrir que se han estropeado por la fuerza del agua".
Un negocio en los bajos del edificio Dalí también fue víctima de la fuerza del agua salida a gran presión de la tubería averiada, "de esas grandes, donde cabe una persona", decía un vecino, mientras observaba cómo los operarios de la empresa encargada de su mantenimiento y reparación se afanaban por paliar el desastre. Luego será el turno de los peritos para determinar los daños producidos, aunque por lo expresado por los vecinos, "las humedades en las paredes, los muebles de madera que se hincharán y objetos rotos" parece que serán los más habituales.
Caso aparte será las zonas de garaje anegadas, ya que el agua caída "además de la fuerza que traía por el chorro, también bajaba llevándose todo lo que había a su paso", comentaron varios residentes en la calle Gloria, epicentro informativo en un día, curiosamente, donde el calor molestaba lo suyo.
Agentes de la Policía Local, incluido Félix Ramos, jefe de este cuerpo de seguridad, acudieron a la calle Gloria para observar lo que había sucedido atendiendo la llamada de los vecinos. En su atestado recogieron la situación generada por el incidente, sin mayores consecuencias para la seguridad.
Sin embargo, aunque con menos dramatismo, la situación no es nueva, ya que hace algo más de un mes ya avisaron a la compañía encargada del mantenimiento de los problemas que se producían y que afectaron a sus casas. Detrás de la calle Gloria, en otra entrada a los edificios, Rubén González muestra el "agujero enorme que han hecho cerca de mi casa con la excavadora, que hacía un ruido tremendo y amenazaba con levantarme el piso de la vivienda, buscando la avería, que parece que ya vieron".
