Alberto Isasi, expresidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) y primer director del hotel Maspalomas Oasis, se opuso ayer al derribo de ese establecimiento turístico y se sumó a la propuesta del presidente del grupo Lopesan, Eustasio López, de declararlo como Bien de Interés Cultural (BIC). Además, consideró que el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, el Cabildo y el Gobierno de Canarias están tramitando el proyecto de demolición "con una opacidad tremenda", sin un estudio de impacto ambiental sobre el palmeral y la capa freática del oasis de Maspalomas.

El empresario grancanario también preguntó sobre las consecuencias del derribo en los hoteles y negocios turísticos que están a su alrededor, que "prácticamente tendrán que cerrar sus puertas durante meses" por el ruido y las molestias que provoquen las obras. "¿Quién va a pagar esos perjuicios económicos a los demás hoteles, el Gobierno, el Cabildo o el Ayuntamiento?", se interrogó Isasi, quien dirigió el hotel Oasis desde su inauguración, en diciembre de 1968, hasta principios de 1980.

"Todo este revuelo se ha creado por el oscurantismo, nadie sabe lo que está ocurriendo; por tanto, me sumo a la propuesta de Eustasio López porque, efectivamente, el hotel Oasis es un referente de nuestra historia turística y debe conservarse tal y como está", apuntó.

Aparte de sus valores arquitectónicos, Isasi resaltó su relevancia histórica, pues fue el primer establecimiento de cinco estrellas que hubo en Gran Canaria y en su día figuró en el número 75 de las lista de los 300 hoteles de playa más importantes del mundo. También destacó su trascendencia cultural por la cantidad de gente importante que ha pasado por allí y las reuniones que se han celebrado entre sus paredes.

Historia

Respecto a las personalidades, citó a la Familia Real al completo, los primeros astronautas que pisaron la luna o los principales artistas españoles de los últimos cincuenta años. Sobre los acontecimientos históricos, recordó que el ministro López Rodó y su equipo de economistas pasaron un mes entero en el hotel para preparar el Plan de Desarrollo español. También se celebraron las conversaciones secretas entre el ministro Castiella y su homólogo mauritano por el reparto del Sahara.

Después de asegurar que "la rehabilitación hotelera no implica destrucción, sino una remodelación de lo que existe", Isasi dijo que "sería conveniente" que el Ayuntamiento o el Cabildo pidieran un estudio a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) sobre el impacto ecológico. "Tiene que haber una protección absoluta sobre el palmeral, como ocurre ahora, en que la altura de los edificios no supera la de las palmeras". Así, precisó que en el centro de la sala de juntas del hotel había una palmera que cruzaba la habitación desde el suelo hasta el techo y su cogollo sobresalía por la azotea.

El empresario mostró su preocupación por la capa freática, ya que el hotel está cimentado sobre una base de hormigón armado que flota a poca distancia de la superficie. Por tanto, una de las primeras cosas que se deben aclarar es si creación de una planta más obliga a cambiar la cimentación del edificio. Isasi preguntó al Ayuntamiento de San Bartolomé por la forma de demolición, pues no se sabe si será por una explosión controlada o a través de máquinas retroexcavadoras. Al respecto, dijo que también debería informarse sobre el destino de los escombros y el impacto ambiental en el municipio que los reciba.

Por último, Isasi dijo que no se han estudiado las consecuencias de la demolición, pues generará ruidos y molestias a los hoteles IFA Faro, Palm Beach y Grand Residence. "El Ayuntamiento debe ser claro y dar información para que el ciudadano sepa lo que puede pasar", añadió.