Si el amistoso de ayer contra el CD Mensajero encuentra cobijo en la historia de la Unión Deportiva Las Palmas no será ni por el resultado (0-5), ni por el juego desplegado por ambos en equipos -aún en fase de construcción-, ni siquiera por el golazo, de falta directa, que dibujó Momo. En todo caso, si por algo se recordará el bolo en La Palma, será por el debut de Ofir Kriaf, un centrocampista israelí de juego sencillo, toque a la primera, buena disposición y detalles que dejan entrever a un buen futbolista.

Todo eso, que ni es poco ni suficiente para valorar el peso de Kriaf como jugador o su validez para aparecer en Primera División, fue lo que dejó sobre el césped del Rosendo Hernández el internacional de Jerusalén, que entre hoy y mañana deberá afrontar dos exámenes más: en la Copa Mahou (21.00 horas, Televisión Canaria) ante el CD Tenerife y frente al Laguna.

Alineado por Paco Herrera en la segunda mitad, periodo en el que el técnico dio la vuelta a la UD al cambiar por completo el once, Kriaf ejerció de volante por la derecha. Acompañó en el centro del campo a Hernán y Momo. Por allí, por ese carril, mezcló bien con David Simón -siempre vertical, siempre incisivo, por esa parcela- y Nauzet.

De esa conexión salió una buena oportunidad en la que se plantó solo ante Ione -tras ser objeto de penalti, optó por no tirarse- y lanzó el balón al larguero en una acción en la que dejó su sello: ganas, sencillez y talento.