Una cuestión de orgullo. Coronarse lejos de la Isla en Primera, la gran asignatura pendiente de la UD. El próximo duelo ante el Getafe en el Coliseum (domingo 18 de octubre, 17.15 horas y televisado por Movistar Plus) se ha transformado en un asunto de estado. Algo más que tres puntos en la octava jornada, la hora de dilapidar una historia repleta de debacles, decepciones y naufragios con la etiqueta de visitante.
La última victoria de la UD en Primera en territorio peninsular se remonta al 7 de enero del 2001, cuando en la disputa de la 17ª jornada, los de Sergio Kresic se impusieron (0-1) con un solitario tanto del guineano Oulare, al Celta de Vigo en Balaídos -donde jugaba el ahora técnico celeste Berizzo-.
En la siguiente campaña 2001-02, el cuadro grancanario, ahora con Fernando Vázquez en la dirección técnica, logró dos victorias visitantes ante el RCD Mallorca (1ª jornada, 0-3) y CD Tenerife (18ª jornada, 1-3). Fue precisamente ante el bloque tinerfeño, en el bautizado como el derbi del apagón, cuando la UD conquistó su último éxito foráneo en la máxima categoría. Se da la circunstancia de que en su última aventura en la máxima categoría, solo ganó en dos islas como Mallorca y Tenerife -además fueron en la primera vuelta-. En la segunda no encontró el tesoro. De tal manera que encadena trece encuentros sin besar la gloria.
Tras liquidar al ogro del Teide, gracias a los goles de Tevenet, Josico y el meta Nacho González -desde el punto de penalti-, la UD daba un paso crucial por la permanencia en el tramo final de la primera vuelta. Pero sería el último gramo de éxito lejos del Insular en aquella campaña que acabó en descenso. El éxtasis en la fortaleza blanquiazul fue el inicio de la catarsis y la sequía. Se comenzó a gestar la maldición amarilla.
Luego llegarían las derrotas en Riazor (1-0) ante el Dépor, en el Santiago Bernabéu (7-0) ante el Real Madrid, en Lluís Companys de Montjuic ante el Espanyol (3-1), en La Catedral ante el Athletic (3-1), en Balaídos ante el Celta (3-2) y en Pamplona ante Osasuna (3-2). Así como los empates ante el Málaga (1-1), FC Barcelona (1-1), Sevilla (1-1) y Real Sociedad (1-1). En Anoeta significó la certificación del descenso al infierno de plata.
La UD de Fernando Vázquez no supo ganar ni uno solo de los últimos nueve compromisos ligueros (cinco de ellos fuera de la Isla) y se fue de forma traumática a Segunda División -con 40 puntos y a solo dos de Osasuna, que marcaba la salvación en aquella campaña-.
A las diez últimas salidas de la temporada 2001-02, de esos treinta puntos en litigio la UD solo pudo arrancar cuatro empates, cabe añadir las tres de este 2015-16 ante los potentes Atlético de Madrid en el Calderón (1-0), Celta de Vigo en Balaídos (3-3) y la exigente prueba de fuego ante el Barça en el Camp Nou (2-1). Los de Herrera han dado la talla, ofreciendo una gran versión, pero se han quedado únicamente con el punto épico ante el bloque celeste de Berizzo.
Pero si Fernando Vázquez solo pudo sacar dos victorias -ante Mallorca y Tenerife-, lo que significó el descenso a Segunda, con Kresic la situación tampoco varió de forma radical. En esa 2000-01, los grancanarios se impusieron al Athletic en La Catedral (0-3), a Numancia en Los Pajaritos (0-1) -una situación que provocó el despido de Herrera como preparador soriano- y ante el Celta (0-1). De las trece victorias, solo tres fueron lejos de la Isla, para acabar el campeonato con 46 puntos y la salvación asegurada.
Desde la victoria en Vigo (la última en la Península), los amarillos encadenaron diez duelo s foráneos sin vencer. Pero ahora son trece y toca tomar Getafe como venganza.
