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El reportaje

El martirio de la defensa

La última vez que la UD dejó la portería a cero fue el 12 de diciembre frente al Betis

David García y Aythami, durante un entrenamiento de esta semana. QUIQUE CURBELO

Cuando el Rayo Vallecano machacó a la defensa de la UD Las Palmas encontrando vías de agua por todas partes no hizo más que ahondar en una herida que ya sangraba. Los goles de Miku y Bebé explotando los dos costados de los amarillos y las muchas ocasiones falladas por el equipo de Paco Jémez no han supuesto el único desastre defensivo de los insulares recientemente. Fue el último capítulo de una tendencia que viene desde el 12 de diciembre de 2015, cuando el Betis se quedó en blanco en el Estadio de Gran Canaria. Desde entonces la UD no ha logrado dejar la portería a cero. Y ya van 13 partidos, ocho de ellos de Liga.

21 goles encajados es el terrible registro de una etapa que ha estado condicionada por las lesiones y las rotaciones por la carga de partidos de Copa del Rey. Esos dos condicionantes han alterado una dinámica que tenía buena pinta. Y es que en los primeros ocho encuentros con Quique Setién en el banquillo la UD dejó la portería a cero en tres. Tuvo desconexiones en El Molinón o en el Santiago Bernabéu, pero la tendencia era al alza. De hecho, la adaptación a la defensa de cuatro hombres con una propuesta arriesgada y ofensiva se había producido por la vía rápida tras un inicio de curso marcado por el debate de los cinco defensas.

Setién estaba logrando romper los tópicos que se habían instalado en torno al equipo. Había pánico a la defensa de cuatro tras la lesión de Javi Castellano, y más aún a mezclarla con un doble pivote de jugadores con un perfil ofensivo como Roque o Vicente. Pero en los dos últimos meses todo ha cambiado. La irregularidad continúa, e incluso es más grave que antes. La UD ha logrado actuaciones sólidas como ante el Granada, la eliminatoria copera contra el Valencia o la segunda parte frente al Celta. Pero en la mayoría de partidos ha concedido demasiado a su rival, tocando fondo en las visitas a Levante y Vallecas.

Dani Castellano, otra lesión

No se puede entender esta dinámica sin el calvario de las lesiones. Todo empezó con la de Bigas, continuó con un par de sanciones seguidas a Aythami Artiles y otra leve lesión de David García. Mientras, Antolín Alcaraz y Ángel López no conseguían salir de la enfermería. Así que Hernán y Garrido se tuvieron que vestir de centrales y de hecho formaron la última zaga, acompañados de Simón y Dani Castellano, que dejó a cero la portería de la UD. Fue ante el temible Rubén Castro, y desde entonces han pasado 13 partidos y 18 líneas defensivas diferentes. Una barbaridad.

A veces por lesiones, otras por sanciones y en ocasiones por rotaciones. Lo cierto es que la UD se ha acostumbrado a acabar los encuentros con una defensa diferente a la que lo empezó. Desde la visita del Betis, solo en cinco partidos Quique Setién ha podido mantener la misma defensa durante los noventa minutos: Espanyol, Athletic, Málaga, Atlético de Madrid y Rayo Vallecano.

Es un drama constante el que sufre la defensa, pues ahora la lesión de Dani Castellano y las molestias de David Simón frenan a dos de los que más continuidad han tenido en los últimos meses. Así, aparecen dos actores nuevos, pues a Mauricio Lemos hay que sumarle la recuperación de Ángel. Y todo apunta a que Garrido volverá después de tres semanas sin disputar noventa minutos. Son cambios sin parar. Y mientras, la defensa amarilla no encuentra la regularidad.

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