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26 minutos y 13 segundos. Ese era el tiempo que había consumido el reloj, durante el partido entre la Unión Deportiva Las Palmas y el Getafe CF, cuando Tana recuperó un balón perdido en la frontal del área propia y la maquinaria amarilla se puso en marcha. Lo que sucedió de inmediato, en un pis pas, fue una pequeña obra de arte. El mediapunta de San Cristóbal, condenado al destierro por Paco Herrera hace justo una vuelta y recuperado ahora con mimo para la causa por Quique Setién, marcó el punto de partida de una acción que acabó en gol, de penalti, de Jonathan Viera. Entre los dos puntos, principio y desenlace, la trama fue un espectáculo: en la jugada intervinieron ocho futbolistas de la UD que dibujaron 12 pases, dieron 27 toques, emplearon 32 segundos y donde no intervino nadie del conjunto rival hasta que Lacen cometió la pena máxima. Una joya.
A esas alturas del partido ya ganaba Las Palmas y el Getafe CF, en medio de su caída libre, intentaba merodear la portería de Javi Varas sin mucha convicción. Fue entonces cuando entró en acción Tana para recuperar el balón y lanzar al séptimo de caballería amarillo. Delante del área, el mediapunta tocó hacia delante para dar con Willian José. El atacante brasileño recibió, condujo y abrió hacia la banda derecha, justo por donde apareció Momo. El extremo, en corto, conectó con Roque que, sin salida, retrasó el juego para que Aythami empezara de nuevo. El central, de primera, enganchó a Willian José, que ya andaba por la medular.
El nueve volvió a acunar el balón un rato antes de desplazar el esférico en largo hasta la banda izquierda, por donde se incorporó Garrido. El lateral donostiarra, al primer toque, enlazó con Nabil El Zhar. El extremo intentó avanzar, pero sin espacios libres, cedió la posesión a Jonathan Viera que, tras recibir y llevar la pelota, se la devolvió a El Zhar. El jugador franco-marroquí, hábil, habilitó de primera el desmarque de Garrido, que ganó la línea de fondo y centró al corazón del área, donde ya estaba Tana.
Allí, el jugador de San Cristóbal -que había iniciado la acción muchos metros más atrás- asistió en la frontal a Jonathan Viera que, en buena posición, chutó sobre el arco visitante. Su remate fue interceptado por Lacen, que detuvo la trayectoria del balón con las manos. Melero López -árbitro del duelo- no dudó en señalar penalti y Viera, acto seguido, hizo honores al trabajo colectivo de sus compañeros: engañó, con parsimonia, a Guaita y firmó el 2-0.
Síntoma, no casualidad
La secuencia explica a la perfección qué es Las Palmas, un equipo que se ordena a través del balón. A esa idea se abrazó en octubre, con el cambio de técnico -provocado tras encajar un 4-0 en el Coliseum Alfonso Pérez ante el Getafe CF, precisamente-, y envuelto por ese método empieza a asomar la cabeza en la clasificación de Primera División. La jugada que certificó el 2-0 amarillo la noche del martes no es una anécdota, es un síntoma. Poco antes, en el minuto siete, el representativo grancanario ya dibujó algo similar sobre el césped para levantar el 1-0. En esa ocasión, tras una falta recibida por Pedro Bigas, la Unión Deportiva dio en la diana -obra de Willian José- después de una jugada en la que participaron seis futbolistas -Garrido, Aythami, Momo, Tana, David García y el delantero brasileño-, que dieron 13 toques, repartieron seis pases y tardaron 15 segundos en cruzar el campo hasta marcar el primer tanto de la noche.
Las Palmas es, detrás de FC Barcelona (62,2%), Real Madrid (57%), RC Celta (55,3%) y Rayo Vallacano (53,6%), el quinto conjunto con mayor porcentaje de posesión de toda la Liga BBVA (53,5%). Es, además, el que más pases completa de Primera División (80,3%) tras Real Madrid (87,2%) y FC Barcelona (86,2%), estadísticas que certifican con números un estilo de juego de convierte a la UD en un equipo con denominación de origen.
