Cuando una temporada comienza nadie agradece más que los entrenadores la continuidad de un bloque. Sobre todo de uno que funciona. Esa es la receta por la que apostó la UD Las Palmas este verano. Con cinco fichajes, ha sido uno de los que menos se ha movido en el mercado. En el lado opuesto de la balanza se encuentra el Sevilla, que ha protagonizado una de las mayores revoluciones para este nuevo curso. La marcha de Unai Emery al PSG y la llegada de Jorge Sampaoli, un técnico con una idea completamente diferente, ha provocado un volantazo en la filosofía del club hispalense. De momento, los resultados acompañan a dos de las políticas más antagónicas del verano. La UD Las Palmas es líder, mientras que el Sevilla, a pesar de perder las dos Supercopas frente a Barcelona y Real Madrid, suma cuatro puntos, un balance satisfactorio después de tantos cambios.
El conjunto hispalense, rival contra el que la UD Las Palmas tendrá que defender este sábado (17.15 horas) el liderato de Primera División, tiene un registro totalmente diferente al del curso pasado. En el Sánchez Pizjuán el conjunto insular cayó (2-0) víctima de la fortaleza del bloque de Unai Emery en el centro del campo. No pudo la UD con rocas como N'Zonzi, Iborra o Krychowiak, pero allí prendió la mecha de un despegue antológico que le hizo lograr la permanencia con varias jornadas de antelación. Fue el 14 de febrero y los goles los anotaron Banega y Gameiro, dos de las grandes referencias del conjunto de Unai Emery que ya no están en la plantilla. Ni tampoco José Antonio Reyes, Cristóforo o Konoplyanka, titulares aquella tarde. Y tampoco Krychowiak, Coke, Beto, Andreolli, Diogo, Federico Fazio, Inmobile y Fernando Llorente.
Por contra, han llegado el portero internacional italiano Salvatore Sirigu, el lateral derecho Gabriel Mercado, los mediocentros Kranevitter, Joaquín Correa y Paulo Henrique Ganso, los mediapuntas Pablo Sarabia, Samir Nasri, Hiroshi Kiyotake, Franco Vázquez y los delanteros Ben Yedder y Luciano Vietto. Un lavado de cara. Nada que ver con el ADN Emery.
La anarquía de Sampaoli
Si por algo destacaba el Sevilla de Emery era por su orden y su solidez táctica. Con Sampaoli impera el talento de una plantilla sobrada de calidad, pero la anarquía se ha impuesto en los sistemas hispalenses de estas dos jornadas. Así, no ha resultado extraño ver por ejemplo a Vitolo pedir el balón a los centrales para sacar el balón desde atrás. O incluso verle defender como un lateral izquierdo.
Resulta muy complicado descifrar a Sampaoli, que llega como campeón de la Copa América con Chile como gran aval. Discípulo de Marcelo Bielsa, el exseleccionador chileno es uno de esos personajes que dividen al mundo del fútbol, que discute si es un genio adelantado a su tiempo o un inconsciente.
En el Sevilla cuenta con una gran oportunidad para implantar su sello en el fútbol europeo. El club hispalense, totalmente consolidado en la élite, le ha dado los argumentos que ha pedido. Presionar en campo contrario de manera asfixiante, aunar toda la calidad posible en la zona de mediapuntas y circulación muy rápida de la pelota son algunas de sus señas de identidad. Una receta que conlleva un enorme riesgo en defensa.
Será todo un reto para Quique Setién, que en las dos primeras citas ha ganado la batalla de los banquillos. Sufrieron Quique Sánchez Flores -técnico del Espanyol- y Fran Escribá -entrenador del Villarreal- para combatir el sudoku de Jorge Sampaoli, que ha planteado un 4-4-2 en el que los jugadores tienen tanta movilidad que dependiendo de la fase del partido se convierte en un 3-4-3 o incluso un 3-5-2. Nada es lo que parece en los esquemas de Sampaoli.
El 4-1-4-1 del cántabro parece inamovible salvo que se guarde un as bajo la manga. A Vicente, Viera, Boateng, El Zhar o los mediapuntas que sean titulares se les multiplicará el trabajo defensivo. Tendrán que ayudar a Roque en un duelo de automatismos encontrados. Los de la UD los conoces, los del Sevilla están en proceso de aprendizaje. La continuidad contra la revolución.
