¿Recuperado del palo moral del sábado en el Pizjuán?
Sí. Fue un momento complicado porque creíamos que teníamos ya los tres puntos y se nos fueron sobre la marcha. Ese día estábamos todos muy jodidos pero en el fútbol hay que estar al día siguiente otra vez en marcha. Estamos todos preparados, recuperados y con ganas de ganar el sábado.
Aparte del error arbitral y de los méritos del Sevilla, ¿qué falló en los últimos minutos para que se escaparan los tres puntos?
No le echo la culpa al árbitro. Siempre digo que los árbitros unos días te dan y otros te quitan y ésta vez nos quitó. Tenemos que hacer más autocrítica porque en la segunda parte no tuvimos nada el balón, ellos nos sometieron, nos metimos muy atrás y eso no nos lo podemos permitir. Es verdad que el Sevilla aprieta bien, su afición y su campo es complicado, pero deberíamos haber tenido más personalidad y tener más la pelota.
¿Qué diferencia hay entre la UD de este inicio de temporada y la del final de la pasada?
El equipo está más asentado, sabe perfectamente a lo que juega. Y los que han venido se han acoplado muy rápido a la idea de juego. El año pasado teníamos que salir del descenso, te las estás jugando y ahora empezamos de cero, con la idea ya plasmada del míster y jugamos más tranquilos, que es lo que nos está dando los resultados.
Entonces, la diferencia es que esta UD no tiene la soga al cuello.
Sí, a eso me refiero, eso influye mucho. El equipo está liberado, sabe a lo que juega, nos asociamos... si estamos todos en forma vamos a hacer un año bastante bueno.
¿Es mejor esta UD Las Palmas o es cuestión de confianza?
Yo creo que somos mejores. Han venido muy buenos jugadores que nos van a dar mucho.
¿Dónde está el techo de este equipo?
Prefiero ir partido a partido porque en el fútbol de la noche a la mañana todo cambia. Es verdad que en nuestro mente está quedar lo más arriba posible, pero la Liga lo irá diciendo.
¿Otra clave es que el equipo ha mejorado tácticamente?
También, ha mejorado muchísimo. Ya no solo vamos bien hacia adelante, porque todos sabemos la calidad que tienen los jugadores, sino que defensivamente somos más ordenados y sabemos sufrir cuando no tenemos la pelota.
El equipo en el Pizjuán tuvo un 35 por ciento de posesión y sin embargo mereció puntuar.
Sabemos que muchos partidos van a ser así. Fuera de casa sobre todo te van a someter y una de las consignas del año pasado era esa. A veces no se puede tener tanta posesión pero sí hay que mantener la portería a cero, eso te da muchos puntos y mucha tranquilidad. Tenemos que conseguir el equilibrio entre eso y jugar bien. Este equipo es más completo.
¿Han trabajado en pretemporada en especial esos aspectos o es herencia del año pasado?
El míster desde el comienzo de pretemporada ha inculcado eso. Él sabe que nosotros con balón hacemos mucho daño, que jugamos bien, pero nos está intentando meter en la cabeza defender bien. Nosotros por ideología, por genética canaria sabemos llevar un juego muy vistoso y muy alegre, en el que quizás no le damos tanta importancia a defender. Y él, de una manera u otra, nos intenta inculcar que es importante mantener la portería a cero.
Parece que no se reconoce tanto el juego sin balón y la defensa del equipo como el juego de posesión.
El equipo ha cambiado mucho en eso. Estamos más comprometidos, ya no solo los defensas tienen que defender, el delantero es el primero que empieza a defender. Estamos muy concienciados, lo estamos trabajando mucho.
¿Ya ha aprendido por completo el oficio de mediocentro defensivo?
No, siempre se aprende algo nuevo. En el fútbol nunca tienes techo, pero sí es cierto que me siento muy cómodo. El míster me corrige continuamente, me dice sobre todo a la hora de defender cómo tengo que colocarme.
¿Qué queda de ese Roque que llegó a ser lateral derecho, extremo derecho, interior, mediapunta...?
Todavía queda. El míster ya sabe que si en algún momento me necesita en cualquier otra posición, lo haré encantado.
¿En quién se fija?
En muchos jugadores. Por la posición en la que estoy ahora me fijo en Busquets. Da gusto verle jugar, no se complica y no pierde ningún balón. Hay que aprender siempre de los mejores.
Los elogios no paran de llegarle. ¿Cómo los lleva?
Con naturalidad. Ya sé más o menos cómo funciona esto. Me siento a gusto, me siento bien, estoy tranquilo y eso se nota dentro del campo. Estoy en un momento de mi carrera en el que las cosas me van bien y lo intento plasmar dentro del campo. Esta temporada se va a ver a un Roque mejor aún, más asentado porque todavía estamos empezando y el equipo está en rodaje. Estos halagos son síntoma de que estoy haciendo las cosas bien. Mi techo es seguir mejorando y llegar algún día a la selección española, que me lo propongo como meta.
¿Todavía puede mejorar?
Siempre se puede mejorar.
¿Qué sintió cuando Lopetegui le mencionó?
Es un orgullo que se haya fijado. Hay un montón de grandes jugadores y que digan que se han fijado en ti es bonito, te ayuda a seguir trabajando y a ponerte como meta llegar algún día a la selección. Tengo esa ilusión, a veces los sueños se cumplen y yo espero que sí. Mi motivación cada partido es hacerlo lo mejor posible, no solo para ganar sino también para llegar algún día a la selección.
¿Cuándo empezó a soñar con la selección?
Desde el año pasado. Uno cuando está en Primera y haciendo las cosas bien sueña con debutar en la selección. La afición siempre dice que merezco un puesto pero no se te pasa por la cabeza. Este año, después del cambio de seleccionador creo que todo empieza de cero y uno mantiene esa ilusión.
¿Ya está olvidado del todo el culebrón del verano?
Sí, totalmente.
¿Estaba especialmente motivado en Sevilla?
No, lo afronté como un partido más. Sabía que los focos se iban a centrar en mí por lo que había pasado, pero estaba muy tranquilo.
¿Está cansado de que se hable de aquello?
No, cansado no, pero sí que es un poco repetitivo. Fue un verano duro por todo lo que pasó, por muchas cosas que uno no controla, pero esto forma parte del fútbol.
¿Dan vértigo las cifras que se dieron este verano sobre su precio? ¿Cuánto vale Roque?
Vértigo no. El precio no sé quién lo pone. Yo lo que tengo que hacer es intentar jugar lo mejor posible y el precio se pone dentro del campo. No sé cuál es mi precio, yo solo quiero mejorar cada día, mejorar tanto a nivel futbolístico como a nivel personal y esa es mi meta.
Hace poco más de dos años estaba jugando en el filial en Segunda B. ¿Cómo lo lleva a nivel personal? ¿Ha cambiado?
Ha llovido mucho desde entonces. [Se detiene] Es que no sabría ni cómo expresarlo. Ahora mismo ni me doy cuenta porque está pasando tan rápido que quizá ni lo llego a disfrutar del todo. Pero dentro de un par de años, cuando todo se acabe, sí me daré cuenta de cómo ha dado la vuelta mi vida. No me he parado a analizarlo porque la competición no te da tiempo y el verano tampoco me ha dejado parar a pensarlo. Siempre mi meta es trabajar día a día, ser mejor y todo lo que me está pasando es fruto del trabajo y de la pizca de suerte que tuve en su momento.
Y además se ha casado y está a punto de ser padre por segunda vez. Le están pasando muchas cosas en muy poco tiempo.
El otro día lo hablaba con mi mujer. Me estoy haciendo viejo en el sentido de que me ha cambiado la vida muy rápido, pero lo agradezco un montón porque me ha dado esa estabilidad que necesitaba para poder estar al máximo nivel dentro del césped.
¿Por qué no le llegó todo esto antes?
Todo pasa por algo. Lo disfruto a mi manera, pero no pienso en por qué no fue antes. Está pasando ahora y eso es lo que importa.
¿La renovación ya está arreglada?
La semana pasada estuvieron mis representantes por aquí, hay acercamientos. Si no se soluciona esta semana, será en la siguiente.
