El anuncio de la visita de los jugadores y técnicos de la UD Las Palmas al Hospital Materno Infantil generó ayer mucha expectación por todos los rincones del centro hospitalario. Los niños y niñas ingresados esperaban ansiosos la llegada de sus ídolos. Ellos transmitían esa ilusión a los padres y madres que los acompañaban, e incluso al personal sanitario. Sin duda, para todos ellos, actos como estos sirven de terapia en los malos momentos por los que atraviesan.

Los jugadores amarillos se mostraban muy cercanos con cada uno de estos jóvenes aficionados, entre los que repartieron numerosos regalos. Por un día, el fútbol tomó las habitaciones y pasillos del recinto. Solo había que fijarse en la cara de asombro que ponían los niños y niñas cuando, un poco cortados, hablaban con sus ídolos, quienes se interesaban por su estado y les animaban a recuperarse pronto. Los cracks dejaron ver su cara más amable y enternecedora.

A Pablo casi se le atraganta el almuerzo cuando vio entrar por la puerta a Quique Setién y a varios integrantes de la plantilla de la UD. Admirador del portero Javi Varas, se mostraba "impresionado" por la visita. Este joven galdense, seguidor amarillo, no dudaba en alabar el juego de su equipo: "Este va a ser el año de Las Palmas", apuntaba.

Igual de sorprendido estaba su compañero de habitación, Jonás, admirador de Roque Mesa y Kevin Prince Boateng, y que consiguió que ambos le firmaran en el balón que le habían regalado. El germano-ghanés dejó la estancia con su ya habitual "Pío pío sempre".

Cambio de planta y los mismos argumentos. Ahora tocaba acercarse a los más pequeños, como Garoé, que, no contento con una pelota, Roque Mesa le regalaba dos, porque la primera no quería que se la emborronasen de tinta con sus firmas. Sus padres, Rosa y David, felicitaban a los jugadores y al club por el detalle que habían tenido con su niño. "En momentos como estos, cuando uno tiene baja la ilusión, todo se agradece", destacó la mamá.

A Diego le sorprendió el revuelo en la máquina de diálisis, preparándose para recibir un trasplante en pocos días. Casi no podía articular palabra después de charlar con varios futbolistas amarillos y de recibir varios regalos. Solo acertaba a decir "sí" a las preguntas que le realizábamos, bien acompañado por el personal sanitario del Hospital Materno Infantil que lo atendía en ese momento.

Precisamente, una doctora del centro hospitalario apuntaba que la visita de los jugadores de la UD, por la ilusión que genera entre los más pequeños, supone una ayuda para distraerse y evadirse un poco de la rutina diaria.

Antes de acabar, la expedición de Las Palmas saludó y siguió repartiendo presentes. Esta vez, en la planta de Urgencias. y, de nuevo, la misma respuesta entre los niños y padres. Tanto a ellos como a los deportistas se les ponía un sonrisa de lado a lado de la cara. Así se daba por terminada una visita donde se pudo ver el rostro más amable de estos profesionales.