El sobre con la oferta de renovación de la UD Las Palmas a Quique Setién permaneció cerrado durante casi 24 horas. Nada como ese gesto refleja cuánto desean las dos partes llegar a un acuerdo. Con las relaciones totalmente deterioradas desde hace semanas, incluso meses, club y entrenador ya han asumido que la próxima temporada seguirán caminos distintos. Y mientras ese desenlace se aproxima, se esfuerzan en no quedar señalados ante la opinión pública como los culpables de no haber prolongado un idilio tan exitoso. Pura cuestión de estética.

Los últimos acontecimientos así lo atestiguan. Desde que varios medios de comunicación, incluido LA PROVINCIA, coincidieran en señalar el pasado viernes que Quique Setién no iba a continuar la próxima temporada en la UD Las Palmas, las dos partes se han esmerado en retransmitir sus movimientos. Al pie de la letra. Comenzó el propio entrenador con un enigmático mensaje en las redes sociales en el que cargaba contra los medios de comunicación: "¡Lo que hay que aguantar! La verdad es siempre el mejor camuflaje. Pocos lo entienden", redactó, aludiendo a la frase célebre del escritor suizo Max Frisch.

Miguel Ángel Ramírez, horas después, anunció en los medios oficiales del club que "en la última reunión acordamos que hablaríamos de la renovación a final de temporada". "Nunca voy a perder la cabeza por nadie, ni por un entrenador ni por un jugador", indicó el presidente, a la vez que anunció que la última oferta era de cinco temporadas. Al día siguiente, el sábado, en rueda de prensa declaró Quique Setién que "mi interés ha sido, es y seguirá siendo continuar en Las Palmas". Sin embargo, dejó claro que no iba a esperar hasta el verano para negociar con la UD.

Y fue este último anuncio lo que provocó el siguiente acto artificial de las últimas horas. Después de tres semanas, según el propio Ramírez, de la última reunión y de acordar que volverían a hablar a final de temporada, el club le entregó un sobre a Quique Setién al final del partido ante Osasuna. No hubo otra reunión de por medio para acercar las muchas posturas que les distancian, sino la simple entrega de un documento y el posterior anuncio, también a través de los medios oficiales del club, de que se había entregado dicha propuesta.

La pelota, por tanto, pasaba al tejado de Quique Setién. Y el técnico no ha tardado en quitársela de encima. Continuó el cántabro retransmitiendo las aparentes negociaciones y atendió en la noche del lunes a la Cadena Cope. El técnico admitió que el sobre no lo abrió hasta las ocho de la tarde, un síntoma claro de cómo respira la negociación. Además, añadió que ya contestó algunos detalles al presidente por 'whatsapp' y que tendrá que plantearse otras cuestiones. Algunos de los máximos responsables deportivos de la entidad escucharon la postura del entrenador a la misma vez que los oyentes de toda España. Continuaban, de esta manera, retransmitiéndose con todo lujo de detalles la negociación. Un puro teatro en el que las dos partes tienen el objetivo de no ser señalados por la afición como los culpables de no haber prolongado un idilio tan exitoso.

La renovación del entrenador se ha convertido en un culebrón emitido en directo. Y en la mayoría de los discursos se han dejado atrás la esencia de sus diferencias. La realidad no necesita de ningún aditivo para comprender las posturas de ambos. Setién considera que se ha ganado el derecho a decidir en diferentes aspectos, como el de las altas, las bajas o la pretemporada. Su anhelo es convertirse en la UD en un entrenador al estilo Premier. Sin embargo, en la UD no lo ven. Creen que uno de los motivos por los que ha tenido tanto éxito es porque ha trabajado con los elementos que le ha puesto sobre la mesa el club y, en especial, la dirección deportiva. Por ello, entre otras muchas cosas, es imposible que la UD y Setién lleguen a acuerdo de renovación. Y ellos lo saben.