La UD Las Palmas, aunque concluía el campeonato liguero en la zona media baja de la clasificación, marcó un hito histórico en los albores de la campaña. El 28 de agosto de 2016, el equipo amarillo goleaba al Granada por 5-1 en el Estadio de Gran Canaria. Este resultado, su segundo triunfo consecutivo tras derrotar en la fecha inaugural del campeonato al Valencia en Mestalla, la catapultaba hasta lo más alto de la tabla.

Ese primer puesto resultó algo insólito. Se sabía que era efímero, pero servía para despertar las ilusiones de una afición sufrida. Algunos debían frotarse los ojos e incluso pellizcarse para comprobar que no estaban soñando. Y otros deseaban que el sueño continuase.

Tras muchas décadas de penumbras y sinsabores, podían disfrutar de ver al club de sus amores encaramado al primer puesto de una de las mejores ligas del mundo, dejando por detrás a todos los grandes del planeta fútbol nacional. Un hecho que ocurría solo un año después de su vuelta a la máxima categoría.

Ya los incondicionales de la UD casi no recordaban algo similar. Y es que habría que remontarse hasta la temporada 1978-79 para encontrar la última ocasión en que Las Palmas lideraba la clasificación de Primera.

En esa ocasión, el equipo dirigido desde el banquillo por Miguel Muñoz también se colocaba en lo más alto de la tabla cuando la campaña daba sus primeros pasos. Un conjunto, como el actual, con una cuota importante de futbolistas de la tierra, que se complementaba a la perfección con las estrellas argentinas: Morete, Brindisi y Carnevali.

Aquella UD se aupaba a la primera posición en la tercera jornada tras otros tantos triunfos: 2-1 ante el Sevilla, 2-4 contra el Racing y 2-0 frente al Valencia. Con seis puntos, comandaba un campeonato que acabaría ganando el Real Madrid.

En ambas ocasiones, los aficionados de Las Palmas disfrutaban del momento, porque sabían que se trataba de una circunstancia efímera. Más en la actualidad. Ahora es de locos pensar que en una competición como la española, con clubes con presupuestos estratosféricos, el cuadro amarillo hiciera un Leicester -el modesto que la pasada temporada levantó el título de la Premier-.

Así fue. En la tercera jornada del campeonato, en su visita al Sánchez Pizjuán, la UD caía derrotada por el Sevilla de forma totalmente injusta. Tras un primer tiempo de ensueño, los amarillos sufrieron las embestidas andaluzas en el segundo, pero aguantaron casi hasta el final.

Cuando se soñaba con la tercera victoria, acabaron con las ilusiones de la escuadra grancanaria un piscinazo de Vitolo cobrado como penalti que transformaba Sarabia en el 1-1 en el minuto 89 y un tanto de Carlos Fernández a la salida de un córner a segundos de que se agotara el tiempo añadido (2-1)

Se rehicieron los de Quique Setién en su siguiente aparición. Vencieron al Málaga por 1-0 en el Estadio de Gran Canaria para escalar del cuarto al tercer puesto. Sería la última vez que la UD apareciera por los lugares de podio en la temporada.

Ese liderato efímero de Las Palmas supuso el inicio de un idilio con los amantes del buen fútbol. El conjunto grancanario estaba en boca de todos por la propuesta de juego que proponía sobre el césped, un estilo que se había pulido con la llegada de Quique Setién al banquillo en sustitución de Paco Herrera allá por el mes de octubre de 2016.

Cuando el entrenador cántabro tomaba las riendas de un equipo en plena zozobra, y después de ir encausando su trayectoria, el técnico ponía las bases de una idea que siempre ha sido innegociable para él . Finalmente se logró una permanencia desahogada.

Piropos en todo el mundo

Ya en esos momentos obsequiaban con parabienes a la UD en el panorama nacional. Estos piropos se acrecentaron con el inicio de la campaña, con un estilo más pulido que en algunos momentos rozó la excelencia. Esto sirvió para que las andanzas de Las Palmas traspasaran fronteras.

De norte a sur y de este a oeste del planeta, la UD despertaba simpatías. Muchos descubrían al equipo amarillo en esos momentos, desconocedores de un pasado donde también el buen trato de la pelota llevó al club a las altas esferas futbolísticas. Pero la no globalización impedía la exportación, no como ocurre ahora.

Hubo algunas acciones puntuales, como la obra de arte en forma de jugada que Prince rubricaba de manera espectacular en el feudo de Villarreal, que dieron la vuelta al mundo gracias a las imágenes de televisión o a través de las redes sociales.

Como ejemplo del interés mediático que ha levantado esta UD en sus mejores momentos de la temporada podemos citar las apariciones estelares del equipo en el prestigioso diario The Guardian inglés gracias al periodista Sid Lowe, su corresponsal futbolero en España.

"Quique Setién ha hecho de Las Palmas uno de los equipos más atractivos de ver en España. Cuando juegan bien, juegan muy bien. Organizados, precisos, con la ambición más de crear que de destruir. Pacientes con el balón, rara vez se lo quitan de encima. Hay una filosofía, por supuesto, pero también mente abierta y adaptación", escribía.

Lamentablemente, el final de la temporada, sobre todo tras el anuncio de la marcha del entrenador, hizo que esos momentos de gloria de la UD fueran languideciendo. Por desgracia, los alardes pasaron a convertirse en déficits.