Jonathan Calleri, cedido hasta junio de 2018, y Hernán Toledo, a préstamo en esta campaña y con opción a una más, destilan ambición. De Argentina a Gran Canaria, un viaje para comerse el mundo. "Vengo a aportar mi granito de arena, con juego y con ganas pueden llegar los goles. No me pongo techo, es mi segunda temporada en Europa, la primera no fue tan bien como esperaba [en el West Ham de la Premier League], trato de aportar lo que más pueda. Con actitud, ganas y gol, que fue lo que quizá a este equipo le faltó la temporada pasada. Me trajeron para eso. Trataré de acoplarme al equipo y convencer al míster", aseguró el artillero Calleri, que pasó por Boca Juniors de forma exitosa.

Por su parte, Toledo, extremo habilidoso, que puede actuar en los dos costados, parte con el desafío de volver a sentirse protagonista. "Un club como la UD siempre es apetecible, a cualquier jugador le interesaría venir a jugar, ya ha demostrado que tiene un buen equipo y buen juego. Mi estilo encaja; en lo personal trataré de dar lo mejor y que la gente que se fijó en mí sepa que no se equivocó". Los argentinos reconocen sentirse en deuda con el club amarillo, "que ha intentado nuestro fichaje desde enero".