El clásico tartán se remonta a los siglos XVI y XVII, cuando se convirtió en emblema de los clanes familiares escoceses. El arte de los cuadros y la sofisticación de los pliegues característicos de este estilo comenzaron a extenderse ya por el siglo XVIII entre las filas del ejército británico, hasta consolidarse como un símbolo aristócrata británico.

Mucho ha llovido desde entonces y en la historia reciente los punkies lo adoptaron en su versión más destroyer a finales de los setenta en su reivindicación anti-sistema, inspirados en unos Sex Pistols vestidos por la diseñadora Vivienne Westwood, la mayor defensora de la moda escocesa.

Desde entonces el estilo escocés se ha ido recuperando cíclicamente para las tendencias. De nuevo, las prendas y los complementos de cuadros están en las colecciones de las marcas más diversas. Las faldas plisadas que remiten a los internados británicos de otros tiempos vuelven a ponerse de moda.