El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha sido elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española esta misma semana en la asamblea de los obispos españoles. Sacerdote de Teruel, de la España vaciada, de la tierra aragonesa con lengua catalana, llega para introducir un nuevo estilo entre sus hermanos del episcopado, hasta hace poco más de un lustro ahormados, en tiempos de Juan Pablo II y Benedicto XVI, con la férrea mano de emérito cardenal de Madrid Antonio María Rouco Varela.

El cambio de Juan José Omella, si la edad, la vida y el Espíritu Santo se lo permiten, pretende conducir a la Iglesia española a un nuevo tiempo, el iniciado por el papa Francisco, por una senda ya conocida en una Iglesia que utilizó el Evangelio como instrumento de reconciliación y diálogo, alejada de los tiempos recientes de manifestaciones en las que coincidían líderes populares con monseñores con gorra visera. Se esperan cambios tanto en su relación con el poder político y secular, como en su influencia en la formación y creación de obispos que lideren a un pueblo de Dios deseoso de pastores evangélicos.

No es poca la vinculación del nuevo presidente de los obispos con la Iglesia de Canarias. Juan José Omella inició su camino episcopal como obispo auxiliar junto al palmero Elías Yanes Álvarez, en Zaragoza, una relación que ayuda a comprender la personalidad del nuevo líder episcopal y define una sensibilidad eclesial.

El recordado monseñor canario Elías Yanes, que dimitió a los 75 años el 16 de febrero de 2003, marca el final de una línea pastoral que transformó la Iglesia española tras el Concilio Vaticano II y pilotó la transición eclesial. Aquella generación de obispos, que para algunos termina con la jubilación de Yanes y que había arrancado con Vicente Enrique y Tarancón, y de la que puede considerarse heredero pastoral a Omella, tiene en Ramón Echarren uno de sus más reconocidos obispos sin olvidar a Felipe Fernández, que pasó por Tenerife.

Juan José Omella, tan español como Rouco, y primer titular de una diócesis catalana que preside la Conferencia Episcopal Española, realizó hace unos meses una visita a Canarias, con una estancia en Santa Cruz de Tenerife para asistir a unas jornadas de formación del clero. Ahora, en su llegada a la presidencia de la Conferencia Episcopal en la madrileña calle de Añastro, se encuentra en plena renovación episcopal en España. Doce diócesis se encuentran o vacantes de obispo o con su titular dimitido por edad, como ocurre en Canarias.

La sustitución de Francisco Cases Andreu, como titular de la diócesis canariensis, no solo se ha encontrado con el cambio del Nuncio del Papa en España sino también con una profunda renovación en la cúpula de los obispos que, entre uno y otros, pondrán los candidatos a obispo de Canarias ante la firma final del papa Francisco. En este séptimo año de pontificado del jesuita Bergoglio, en el que un 30% de los sacerdotes elegidos para asumir la pesada carga de la mitra rechaza el nombramiento.